Pastoral Social Mexicana, Retos y perspectivas en la construcción de un mundo fraterno y solidario (
- Ángel Alberto Morillo
- 23 may 2016
- 10 Min. de lectura

La Comisión Episcopal para la Pastoral Social de México cuenta con una estructura organizativa que en primera instancia la conforman 7 dimensiones a citar: Justicia, paz y reconciliación; Movilidad Humana; Pastoral de la Salud; Pastoral del Trabajo; Pastoral Indígena; Pastoral penitenciaria; Pastoral Social Cáritas. Su misión radica en contribuir con la caridad y la justicia, a la construcción de un mundo más fraterno y solidario, mientras que su visión es impulsar la dimensión social de la evangelización, promoviendo sujetos eclesiales y sociales, que con su testimonio y compromiso hagan presente el Reino de Dios en las realidades temporales.
En las últimas décadas, la desigualdad social en México, producto de la pobreza y la exclusión, ha crecido de manera ingente, los expertos en materia social coinciden en este punto, México es el país más desigual en Latinoamérica, aunado con el aumento de la violencia. Es en este nudo gordiano, donde la Comisión Episcopal de la Pastoral Social desarrolla sus programas y proyectos.
Asimismo la visita del Papa Francisco llenó de ímpetu a todo el equipo de Pastoral Social Mexicana, los llevó a asumir más el compromiso por los pobres y excluidos, el reto sin duda es seguir luchando contra las desigualdades y contribuir a generar espacios por la paz en vista del gran aumento de los índices de violencia.
Es un camino aún largo para llegar a la meta, en esta oportunidad, los testimonios de sus voceros, entre ellos: el Padre Patricio Sarlat, Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social Cáritas, Jimena Esquivel, Secretaria de la Dimensión de Justicia, Paz, Reconciliación, Fe y Política y José David Torres, Secretario de la Dimensión Pastoral del Trabajo, hablarán de los desafíos, propuestas y proyecciones que desde sus dimensiones llevan a la fecha. Conozcamos de primera mano los relatos de estas personas que tienen un punto en común, los empobrecidos y excluidos.
El hombre de las vicisitudes

La dimensión Pastoral Social Cáritas es la que tiene mayor preeminencia sobre las demás en virtud de ser catalizadora de procesos y generar sinergia entra el resto de las dimensiones, así la describe el Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social Cáritas, el Padre Patricio Sarlat, quien en un tono distendido, ameno, fraterno y, sobre todo sin medias tintas, habló sobre el trabajo que realiza desde esta instancia.
Ante la interrogante, ¿cómo va el trabajo de Cáritas Mexicana? No dudó en señalar que el tema central está en la atención a las emergencias y con estas viene lo demás. “Te doy unos ejemplos recientes, en 2007 acompañamos la emergencia en Tabasco que fueron las inundaciones, muy severas por cierto, a causa de la subida de los niveles de los ríos Grijalba y Carrizal, dos ríos que pasan por la ciudad de Villahermosa, Tabasco”.
“También brindamos ayuda durante el huracán Manuel y tormenta tropical Ingrid en 2013, uno por el golfo de México y otro por el Pacífico. En 2014, con Odile, en Baja California; en todos esos escenarios la respuesta de la Iglesia fue muy positiva. También la respuesta que dimos fue contundente ante el huracán Patricia que venía de categoría 5, un súper huracán contra todo pronóstico, que por la gracia de Dios el impacto fue menor”.
En este aspecto de atención a las emergencias, como se dice coloquialmente, Cáritas Mexicana ha agarrado experiencia. Además de las emergencias, está la promoción humana, “las mismas emergencias han servido para que una vez resuelta la contingencia, ya en los momentos de rehabilitación y reconstrucción organicemos proyectos de desarrollo comunitario, porque el interés de los obispos, de los párrocos, de la gente con la que hemos trabajado es dar un paso más, de organizar a la comunidad, que la gente participe”.
De la mano con las comunidades
En la participación y protagonismo está la clave de los procesos formativos y ejecuciones de proyectos realizados por la dimensión Cáritas, el Padre Sarlat comenta que “En Oaxaca estamos implementando proyectos de desarrollo, el tema de huertos familiares, ganadería de traspatio; la gente tiene un semental y una vaquita y van sacando crías para que puedan tener más de lo que venden; también con borreguitos o con pollos, allí hacen una granja de pollos o gallinas ponedoras para tener huevos, gallinas y pollitos, es toda una bitácora de acompañamiento que estamos implementando”.
En Guerrero, zona recientemente conocida por hechos de violencia que han conmocionado a la comunidad internacional, están las granjas y huertos, producto de los proyectos. En esta primera etapa hay prácticamente dos comunidades beneficiadas, de aproximadamente 120 familias.
“Un problema social, te platico, el padre Adrián Hernández, párroco de Copanatoyac, de la Diócesis de Tlapa, el obispo le dijo aquí están los de Cáritas, y él de manera jocunda nos dice vamos a ver, si no resultan como los del Gobierno que vienen, prometen, y después no regresan. Fuimos, vimos y les presentamos después un proyecto, y cuando cerramos la primera etapa del proyecto, hace un año, uno de los que habló fue el padre Adrián y nos dijo Cuando los vi la primera vez dije esta gente no regresa, está gente aquí los va a asustar la montaña…”
“Te digo que no solamente no nos asustó la montaña, sino que dispusimos de un ingeniero agrónomo que está haciendo allí trabajo de campo, in situ, acompañando procesos desde ahí. De allí que el padre Adrián quedara asombrado, quien en un principio fue suspicaz. El proyecto mismo y la presencia del ingeniero, dan testimonio de cómo la gente cambia y se une, esto hizo que la comunidad dirimiera incluso sus diferencias partidistas, además de poder tener sustentabilidad”.
Los participantes iniciaron el proceso formativo, complementado siempre con la acción. Los recursos financieros los dispuso Cáritas, pero el mecanismo de administración fue a través de la entrega directa de insumos y materiales, “Toda la administración de recursos la hacemos a través de Rodrigo, quien es el que media entre los proveedores y beneficiarios, esto para ejercer mayor contraloría y evitar desfalcos. Una vez que tienen los materiales, el ingeniero, junto con el párroco, hace la distribución”.
El trabajo comunitario ha unido a la comunidad, tanto es así que los índices de violencia han disminuido. Esta es una experiencia muy puntual en la Sierra de Guerrero, en la comunidad de Pocotequilas. “En este caso, hemos hecho sinergia con pastoral del trabajo, pues abarcan trabajo, tierra y cuidado de la creación, pero reconocemos que como Cáritas tenemos debilidades en el desarrollo comunitario, por eso nos echamos la mano con pastoral del trabajo, nos complementamos”.
Desde la Dimensión Pastoral Social Cáritas se establece una plataforma conjunta de trabajo con las demás dimensiones, de tal modo establecen mecanismos de acción para apoyar a los más necesitados. El trabajo y la paz son dos frentes abiertos con los cuales la Iglesia Mexicana, desde la Pastoral Social, da respuesta al llamado del Papa de ser una Iglesia en Salida.
“Pienso que esta pastoral debería llamarse Pastoral de Desarrollo Humano Integral y Solidario”

José David Torres, Secretario de la Dimensión Pastoral del Trabajo, no titubea ante su propuesta. Para él lo más importante es el ser humano, por ello, el concepto de solo una Pastoral del Trabajo resulta insuficiente, aún cuando a su criterio “La pastoral del trabajo en México aunque se sabe necesaria extrañamente está poco difundida. De las 93 diócesis, menos de 10 tienen un referente o un trabajo pastoral importante en el tema laboral”.
Desde esta dimensión además de lo laboral también se abarca otros ámbitos a saber: economía solidaria y pastoral de la tierra. Torres muy bien explica que el concepto pastoral del trabajo ha pasado por diversos estadios onomasiológicos, en los 60 se llamaba pastoral obrera, esto ha venido evolucionando y ampliándose pensando en sectores no obreros y en los mismos desempleados, también a los empresarios y al Estado, “Pienso que esta pastoral debería llamarse Pastoral de Desarrollo Humano Integral y Solidario”, apunta.
El año pasado la Pastoral del Trabajo realizó un proyecto que “lo llamamos incubación de empresas en economía solidaria, invitamos a las 93 diócesis, de las cuales participaron 13, con la idea de hacer proyectos comunitarios en economía solidaria. Fue un proceso formativo, de acompañamiento, que incluyó sobre todo la experiencia. Hay buenas intenciones en los agentes, pero a la hora de la verdad es gente que tiene sus trabajos ordinarios pero a la hora de meterse en las comunidades no tienen el tiempo suficiente”.
De este proceso se lograron generar 5 proyectos bien consolidados, tanto en lo financiero como en lo humano, esto nos enseñó a la gente principalmente que todo no se arregla solamente con dinero, sino que “es necesario cambiar las estructuras, el sistema, que la gente organizada cambie su manera de pensar y que se contagie a la comunidad de manera amplia y se vaya multiplicando. No se trata tan solo de un empleo para solo generar ingresos, sino también calidad de vida”.
Grupos de consumo, formas de transcender al capitalismo
Más allá de una pose meramente antisistémica o un discurso vacuo contra el capitalismo, desde la dimensión del trabajo se está promoviendo un proyecto denominado Grupos de consumo como una forma de continuar lo proyectos ya implementados, pues una de las más grandes debilidades de quienes entran en el sistema de economía solidaria es que producen, pero no tienen vender lo que producen, no tienen cómo distribuirlo, no tienen redes, a ellos los que les queda es meterse en el mercado ordinario, donde tienen casi todas las desventajas.
La economía solidaria es una alternativa que en los últimos años se ha mantenido bajo perfil en el mundo, la Pastoral del Trabajo de manera valiente y sistemática ha hecho esfuerzos para desarrollarla a través de proyectos de alto impacto, aún cuando sepan de antemano que se enfrentan a molinos de viento; no obstante, a criterio de Torres se debe producir, transformar, distribuir, todo en la lógica de la economía solidaria, el error recurrente es entrar en el mercado capitalista, eso sin duda lleva al fracaso.
“No es sencillo, porque implica transformar la lógica de la gente. Este proyecto de grupos de consumo lo desarrollaremos en Oaxaca, una región pobre, donde la gente podrá consumir a través de redes la canasta básica como una forma de generarles ahorros. Los pequeños grupos de consumo producirán sus propios alimentos para comercializarlos con otros grupos”, explicó Torres.
Al inquirir sobre el apoyo del Gobierno en esta materia, Torres fue tajante: “El Gobierno únicamente ha promovido las cooperativas de producción, pero el Gobierno no ha socializado esto en todo el país, pero no es sencillo, porque primero necesitamos que la gente esté organizada”.
La cuestión principal a superar en este proyecto es lograr transcender la lógica de comercialización y luchar contra la cultura impuesta, “La idea es que la gente vaya encontrándose comunitariamente y no sólo por conseguir alimentos a precios bajos, sino haciendo un todo común que luego multiplique esas experiencias, eso se llama organización, de tal manera puedan hacer a futuro incidencia en políticas públicas”.
En algunas regiones es posible, porque la Iglesia sigue siendo referente, la gente se sigue encontrando en la parroquia. Con el reconocimiento de Cáritas Mexicana se lograrán mejores y mayores alianzas, “La pastoral del Trabajo tiene cercanía con la Universidad Obrera, Universidad Iberoamericana con mucha investigación en el tema”.
“No es suficiente la buena voluntad, se requieren agentes de pastoral preparados”

Una de las dimensiones con mayor actividad, sobre todo en esta coyuntura por la que atraviesa México, es la de Justicia, Paz, Reconciliación, Fe y Política. Jimena Esquivel está al frente como Secretaria Ejecutiva. Esta instancia está a cargo de Monseñor Carlos Garfias, arzobispo de Acapulco. Actualmente abarca dos grandes temas, construcción de paz y promoción de la ciudadanía.
“Por la situación de violencia que vive el país el tema que nos más nos ocupa es la promoción de la ciudadanía. Estamos en 6 diócesis del país, sabemos que es muy poco para el tamaño del país y el tamaño del problema”, señaló Esquivel.
El tema de construcción de paz abarca dos aspectos, atención a víctimas de violencia y atención de grupos vulnerables, de manera específica con jóvenes en situación de riesgo. Las alianzas no se han hecho esperar en este tema al punto que el Secretariado General de Pastoral Social de Colombia, los ha acompañado desde el año 2012 para la construcción de una estrategia nacional de paz, “y esta estrategia tiene 3 ejes, primero es formar habilidades y capacidades en las Iglesias locales, después crear plataformas para potenciar estas habilidades tanto dentro como fuera de la Iglesia y un tercer eje es la incidencia política y social con tomadores de decisiones”.
Se han generado otras violencias, aparte de las ya conocidas como la del crimen organizado y la delincuencia común, entre estas están la violencia doméstica, violencia a los niños, a las minorías, entre otros.
El tema de combatir al crimen organizado desde la acción militar, la acción represiva, que si bien en algunos puntos es inevitable, no resulta suficiente porque “no se están atendiendo las causas estructurales que generan eso, no ha habido prevención, de oportunidades, de desarrollo, de generar alternativas. A esto se le suma el problema de impunidad y corrupción de la cual el Estado también es parte ya sea por acción o por omisión, esto genera violencia”.
El flagelo de la violencia es casi generalizado, hay estados que por supuesto la sufren más, “por ejemplo, el estado de Guerrero, Acapulco ha sido muy golpeado, con eso han surgido las famosas autodefensas creando otro grave problema, pues el Estado no se ha ocupado como debe en materia de seguridad”.
El tema migratorio y el narcotráfico lo han asumido con mucho ahinco desde esta dimensión, pero “en general, es una pena decirlo, todo el país está en una situación muy delicada con el tema de la violencia”.
Ante este panorama tan poco alentador, comenta Jimena que “nos toca ser agentes de esperanza, la apuesta radica en la construcción del tejido social a partir de las relaciones. En México hay una desconfianza total en las instituciones, en las mismas personas. Tejer lazos de confianza desde la comunidad a partir de sus capacidades, recuperar la capacidad de soñar diferente, sabemos que no es un trabajo de corto plazo, muchas generaciones adelante podrán ver los resultados de estos esfuerzos”.
Es indispensable hacer una reflexión más a fondo en el tema de los victimarios, apuntar a iniciativas como la de la Iglesia colombiana es una meta a mediano plazo de la Iglesia en México, “nosotros en México, en algún momento, debemos apuntar hacia allá, sobre todo bajo el principio de la justicia por delante”.
Finalmente la reflexión giró en torno a la situación actual de los países en América Latina, donde la apuesta de muchos pueblos por modelos progresistas ante el fracaso de modelos de libre mercado se decanta hoy en una desilusión más, “prácticamente este fracaso de modelos alternos se debe a la corrupción y a la impunidad dentro de estos países. La iglesia tiene que entrarle a estos temas, referidos especialmente con la ética ciudadana, porque a la final los políticos son ciudadanos y que una gran mayoría pasaron por la Iglesia y uno se pregunta, en qué estamos fallando en la evangelización”.
Continuará…