Los sueños tienen la esencia de las estrellas y los humanos cuando soñamos somos capaces de ir más allá del infinito; el Reino de los cielos tiene esencia de niño por eso cuando un bebé ríe nace un ángel y quienes están en la Pastoral del Niño lo saben muy bien.
En ese entonces todo comenzó en 1982 con una llamada de Monseñor Paulo Evaristo Arns a su hermana Zilda Arns Neumann. “Zilda, hablé con James Grant, él es el director ejecutivo de UNICEF. De verdad te digo, estamos convencidos que como Iglesia podemos salvar a miles de niños. Debemos tomar acciones sencillas, tan fáciles como enseñar a las propias madres a hacer suero oral, no es posible que un niño muera por esa causa. Yo creo que podemos comenzar allá y tú eres la más indicada”. “Por supuesto, Paulo, estoy encantada con la idea”, agregó emocionada Zilda.
Y como lo hizo María que su mensaje escuchó, la Doctora Zilda dijo sí al llamado, ella misma cuenta: “Sentí que estaba siendo llamada por Dios a una gran misión de vida. Le expliqué, a partir de mi experiencia en salud pública, como médica Pediatra y especialista en Salud Pública, que lo que les hacía más falta a las madres eran los conocimientos y la solidaridad fraterna. Por eso no bastaba enseñar a las madres a usar el suero oral. También sería necesario enseñarles la importancia del prenatal, desarrollo integral de los niños, relaciones humanas, con el fin de que ellas supieran y fueran estimuladas a cuidar mejor a sus hijos”.
En 1983 la Doctora Zilda Arns Neumann y, en ese entonces, el Arzobispo Geraldo Majella Agnelo, cual alquimistas, redescubrieron la esencia de los sueños y el Reino de Dios, por ello, emprendieron el camino de crear la Pastoral del Niño (Pastoral da Crianҁa) para dar respuesta a la indiferencia de una sociedad brasileña que veía morir a niños y a niñas por causas que bien pudieran ser prevenibles.
Su causa era justa, cual cristianos auténticos la Doctora Zilda y Monseñor Geraldo se convirtieron en voz profética, se insertaron con su pueblo y es de este modo como a lo largo de más de 30 años han logrado generar una red de voluntariado ingente integrada por personas de las comunidades donde hace presencia la Pastoral. Hoy en día están presentes en todos los Estados de Brasil y en 21 países de América Latina, Asia, África y el Caribe.
Aún cuando la Doctora Zilda tuvo que partir primero, su obra se multiplicó. Las comunidades donde la pastoral hace vida, el rostro misericordioso de Dios se manifiesta, sus líderes voluntarios son la razón de ser, de un proyecto que se encarnó entre los más pobres, nació y sigue creciendo como el niño Jesús.
Es así como la Conferencia Nacional de obispos de Brasil ha asumido hasta la fecha este proyecto como una de sus banderas, acompañando a todos sus integrantes de manera constante y sostenida, así lo manifiesta Monseñor Anuar Battisti, Arzobispo de Maringá y Presidente del Consejo Directivo de la Pastoral, quien piensa que “el gran desafío para todos nosotros es constituir equipos de trabajo que puedan emprender acciones en defensa de la vida, personas dedicadas a tiempo para poder desarrollar este trabajo, nunca solos siempre juntos, en unidad. El éxito de la pastoral en todo nuestro continente es la esperanza”.
No hay duda, los peces se multiplicaron, la Doctora Zilda detalla que “con el apoyo de Monseñor Geraldo, desarrollé una metodología comunitaria inspirada en el Evangelio que narra el milagro de la multiplicación de dos pescados y cinco panes (Juan 6, 1-15) que saciaron el hambre de cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. De este modo se organizarían las pequeñas comunidades para multiplicar el saber y la solidaridad fraterna testimoniando el mayor de todos los mandamientos “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo” (Marcos 12,31).
El líder voluntario, hacedor de sueños
La figura del líder voluntario asume acciones en pro de la salud, nutrición, educación, ciudadanía y espiritualidad de forma ecuménica en los sectores más desposeídos, fundando desde hace mucho el concepto de Iglesia en salida, pobre y para los pobres.
Todo aquel que desee ser líder no necesita ser erudito ni poseer destrezas manuales formidables. Como en la canción Pescador de Hombres, la Pastoral tan sólo quiere que le sigas, necesita de tus manos, de un amor que quiera seguir amando.
Así lo han logrado, es por ello que el voluntariado se multiplica en razón de que hay personas que comparten sus conocimientos, experiencias y una parte de su tiempo. Son personas que viven y demuestran con su ejemplo el amor al prójimo. Es un verdadero trabajo de Caridad Cristiana.
No obstante desde profesionales e iletrados comparten esta pasión de servir, son un instrumento de paz. Por ejemplo Teia Pereira Dos Santos, líder de la Pastoral hace más de 10 años, una de las fundadoras en el Municipio Colombo, de la parroquia Santa Teresita de Liseux, en la comunidad Nuestra Señora de Aparecida, expresa que “Me siento muy feliz porque uno como líder ve la realidad de las familias, qué necesita la familia, qué necesitan los niños, y es en la visita donde se puede hacer ayudas, tomar previsiones y así en colectivo buscar las soluciones a sus problemas”.
Para Zoelí Marques, coordinadora parroquial en Colombo, siente un cariño inmenso por los niños y por muchas familias de mujeres embarazadas a los que atiende, pues ella como líder voluntario también ve de cerca sus problemas, eso la hace sentir realizada por ser parte del legado de la Doctora Zilda Arns dejó para nosotros.
No obstante, quienes fungen de líderes de la Pastoral, pasan por un proceso formativo, el cual se desarrolla en 15 sesiones de tres horas y media, finalizando con una celebración de envío.
En esta etapa formativa estudian a fondo lo que ellos han denominado el Manual del Líder. En este manual se explica detalladamente el proceso de gestación, sus cuidados, además de la nutrición y consejos para la crianza del bebé hasta que cumple los 6 años.
Luego de recibir las capacitaciones proporcionadas por la Pastoral, el líder voluntario realiza actividades para promover el desarrollo integral de los niños, desde la concepción a los seis años, y mejorar la calidad de vida de las familias, que ayudan a reducir la desnutrición, la mortalidad infantil y además promueven la paz y la justicia social en los grandes cinturones de pobreza y miseria del país.
Para ello realiza un mapeo, establece las alianzas y cada líder, formando parejas atienden a 30 niños, incluyendo mujeres gestantes, donde mes a mes realizan una visita, donde además de orientar a las madres sobre los cuidados y signos de riesgo en sus hijos, también se convierte en promotor de vida, porque se va más allá de lo asistencial.
En estas visitas, además de entregar paulatinamente el material llamado Lazos de Amor , el cual es un manual de orientaciones prácticas y útiles para la embarazada, el líder observa indicadores de logros y oportunidades, el cual va registrando en un cuaderno para tal fin. Además la parte espiritual no queda soslayada, al finalizar la visita se ora en familia.
Esto genera un saldo organizativo y social enorme, pero lo que le ha dado el prestigio y respeto a la Pastoral es la ingente base de datos, donde quedan evidenciadas las visitas realizadas, es por esto que el líder voluntario lleva las cuentas de la atención a través de la hoja de registro de información denominado HABS, donde el líder registra los datos relativos a las visitas y al estado de desarrollo de las familias beneficiarias.
Actualmente la cifra de niños y niñas atendidos es de 1 millón 23 mil en todo el mundo.
Todo esto esta alojado en este sistema de información, el cual es de acceso público http://nsi.pastoraldacrianca.org.br/
La celebración de la vida como signo de esperanza
Con Violeta Parra cantamos “Gracias a la vida que me ha dado tanto”. No es poca cosa que Monseñor Paulo Evaristo Arns, uno de los fundadores de la Pastoral de la Crianҁa (el de la llamada telefónica), sea considerado uno de los grandes de la teología de la liberación, de allí que uno de los momentos más significativos del acompañamiento de los líderes voluntarios sea la celebración de la vida, presumiblemente la espiritualidad latinoamericana de celebrar la vida, al Dios de la vida, tenga su dosis del pensamiento de Monseñor Arns.
La celebración de la vida es el encuentro de las familias beneficiarias, sus hijos, los líderes voluntarios, para compartir el pan y celebrar juntos el hecho compartir como hermanos.
Cada familia y líder, trae algo para compartir y comer juntos. La mesa opípara además de alimentos también simboliza la unidad y la fe, una fe que se sacramenta en la obra. Hay un espacio para el juego colectivo, niños y adultos comparten.
Juntos conversan, miran, juzgan, actúan, evalúan y celebran. Esa es su metodología. Cuando hay algún problema, todos buscan la solución, es el abrazo colectivo, la sinergia, el lazo, el vínculo el que se manifiesta en estos encuentros.
Además la ocasión es propicia para el peso de cada niño menor de 6 años. Allí se evalúa el alcance de las visitas. Se refuerza donde tiene que reforzarse, se toman nuevas medidas donde no se logrado el objetivo.
La celebración de la vida es sin duda el momento de mayor vínculo, de fraternidad, de celebrar que juntos se puede transformar el mundo y cambiar la realidad de nuestros niños y niñas. Zilda se multiplica su legado no es en vano, el milagro social sigue en desarrollo.