El Departamento de Justicia y Solidaridad (DEJUSOL) del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), con apoyo de la Escuela Social del Centro Bíblico Teológico y Pastoral (Cebitepal), realizó el Diplomado en Doctrina Social de la Iglesia (DSI), en Bogotá, luego de haber transcurrido un año del Programa “Jóvenes gestores de una nueva sociedad”, donde cada uno se comprometió con la realización de un proyecto de intervención social en sus países de origen.
En este sentido, Elvy Monzant, Secretario Ejecutivo del DEJUSOL, explicó que “La mayoría de los participantes está cerrando la primera fase del Programa Jóvenes gestores de una nueva sociedad que iniciamos el año pasado en Quito. Esos jóvenes formularon un proyecto de intervención social a ejecutar en las comunidades de donde vienen y que fueron ejecutados durante 2016 y parte de 2017.”
“Y en este encuentro cada uno de los jóvenes presentó el balance de su trabajo y posteriormente comenzó el Diplomado, al cual se han incorporado otros jóvenes que aunque no han participado del programa iniciado en Quito, han sido invitados por el DEJUSOL para formar parte de la Red latinoamericana de jóvenes gestores de una nueva sociedad que será acompañada desde el DEJUSOL y la Pastoral Juvenil Latinoamericana a través del Departamento De Familia, Vida y Juventud del CELAM”, acotó Monzant.
Este Diplomado en DSI se está desarrollando en dos fases: Una fase presencial que realizan los jóvenes en Bogotá y posteriormente unos módulos de acompañamiento virtual.
En esta ocasión participaron 25 jóvenes con edades de entre 18 a 30 años, provenientes de diversas partes de América Latina y el Caribe, entre los que están: República Dominicana, Ecuador, Venezuela, Honduras, Colombia, Chile, Brasil, Uruguay y Argentina.
Es el tiempo de los laicos
Como lo ha dicho el Papa Francisco este es el tiempo de los laicos, especialmente de los jóvenes, los jóvenes más allá de su vocación intraeclesial están llamados a dar respuesta fiel al Evangelio de Jesús, explica Monzant que todos los jóvenes están llamados “A ser gestores de una nueva sociedad más solidaria, más fraterna, en equilibrio con la creación, donde los jóvenes puedan ser la fuerza revolucionaria, capaces de transformar este mundo que está tan marcado por la pobreza, violencia y exclusión”.
En la parte experiencial del diplomado, los jóvenes participaron en un aguapanelazo, una iniciativa que los Misioneros de la Consolata, cuya dinámica consiste en atender de forma solidaria a las personas de calle que muchas de las veces mueren de hambre y de frío. En esta actividad de tipo asistencia, los jóvenes participantes del diplomado compartirán con jóvenes universitarios entregando agua panela y pan a los habitantes de calle descubriendo en ello el rostro sufriente de Cristo.
Por otra parte, también realizarán una visita al centro de formación Don Bosco, ubicado en la localidad Ciudad Bolívar de Bogotá, para conocer una experiencia de trabajo con jóvenes en situación de riesgo, animada por los padres salesianos, donde desarrollan un proyecto de promoción humana e inserción laboral.|
En voz de sus protagonistas
“Veo a los jóvenes como la garantía de otro imaginario político en Brasil”
León Souza. Brasil. Programa de infancia, adolescencia y juventud de Cáritas Brasil
¿Qué nos puedes contar de la experiencia en este encuentro desde que comenzó el año pasado en Ecuador?
“La experiencia de Quito ha sido vital para reafirmar mi compromiso con la iglesia y con la institución para el trabajo con los jóvenes. En Quito más que una actividad se dio un proceso que ha sido sistemático porque aún después de un año seguimos aquí trabajando y conociendo las experiencias de otros jóvenes que también lo están haciendo y lo más importante es que salimos como una gran familia y esto nos motiva aún más. El proyecto en Brasil no es solamente mío, le propusimos al CELAM hacerlo en colectivo, se hará en Fortaleza y lo llamaremos “Sembrando vidas recogemos frutos en el jardín”, con el cual queremos formar a los jóvenes en ecología integral y de ahí reconocer el espacio urbano de la comunidad y hacer huertas comunitarias”.
¿Qué expectativas tienes de este encuentro?
“Tuvimos la oportunidad de compartir nuestros proyectos, las luces y las sombras. Vimos las semejanzas entre los proyectos y notamos que no estamos solos, que todos tenemos desafíos y el diplomado nos ayuda a mirar nuestro camino en las pastorales sociales juveniles y como cristianos ver a que estamos llamados, y el diplomado no es más que alguien que viene a llenarnos de conocimientos sino que podemos construirlos en conjunto en favor de una iglesia para los jóvenes empobrecidos”.
¿Cómo ves a la juventud brasileña en estos tiempos?
“Vemos a los jóvenes como la garantía de otro imaginario político en Brasil para ello debemos cuestionar que tipo de democracia tenemos. Yo creo mucho en la organización de los jóvenes, no son tiempos fáciles para Brasil pero la juventud desde sus organizaciones y proyectos y los distintos movimientos cristianos, ambientalistas, entre otros tienen toda la responsabilidad de transformar la realidad”.
“Les digo a las jóvenes madres que sueñen y busquemos un mundo nuevo para nuestros hijos”
Silvana López. Ecuador. Fundación José Cardín
¿Cómo ha sido tu experiencia, que proyecto estás trabajando?
“Ha sido buena y enriquecedora porque hemos conocido de la doctrina social de la iglesia con una visión de una iglesia en salida pobre para los pobres; mi proyecto ha sido crear, impulsar, promover la fundación José Cardín, fundación que lleva este nombre en honor a un sacerdote Belga que trabajó por los derechos de los jóvenes trabajadores. Decido continuar con la labor con la fundación para reivindicar los derechos de los jóvenes trabajadores y principalmente las jóvenes madres, tomando en cuenta que en mi país estas madres están en situación de vulnerabilidad, queremos darles talleres de emprendimiento, conozcan sus derechos laborales, apoyarlas con un centro de cuidados para sus hijos”.
¿Qué expectativas tienes de este encuentro de este diplomado?
“Estoy aprendiendo la teoría de lo que ya hacía en la práctica, el trabajo que ya venía haciendo con las jóvenes madres, reivindicando nuestros derechos, pidiendo una plaza de trabajo, generando producción asociativa, aprendiendo que esto ya estaba escrito; entonces ese es el templo que nosotros siempre hemos ayudado conociendo nuestras problemáticas y tratando de superarlas. Yo les digo a las jóvenes madres que se creen un plan de vida, que sueñen, que viajen, que se preparen, que busquemos un mundo nuevo para nuestros hijos, y este encuentro me ayuda a tomar fuerzas”.
“Dentro de nuestra iglesia se estaba dando un fenómeno de la apolítica”
Joaquín Ramiro Casaburro Argentina Pastoral juvenil nacional
¿Cómo ha sido tu experiencia desde hace un año, qué proyecto has desarrollado?
“Yo comencé con la articulación desde las distintas pastorales, con la comisión de droga dependencia, presenté el proyecto que está en camino en la Provincia de Catamarca a 1300km de Buenos Aires y, particularmente, en Fiambalá una zona rural vitivinícola que vende uva y hace vino, donde en 2013 tuvimos 18 suicidios de adolescentes, entonces desde ahí comenzamos a involucrarnos desde la iglesia ver en que podíamos colaborar. El proyecto comenzó con la realización de retiros para jóvenes con perfil para ser líderes en sus comunidades para transmitirles el amor por la vida y el sentido que esta tiene y la idea de una sociedad fraterna, justa y solidaria, pues, detectamos que la principal causa de los suicidios era la pobreza”.
¿Qué elementos de esta experiencia vivencial te han servido para motorizar este proyecto?
“El encuentro me dio una convicción latinoamericana para profundizar y ver que hay una cantidad de jóvenes soñando con un mundo distinto, cansados de las políticas de exclusión de las empresas mega capitalistas que lo que hacen es robarles los sueños a la gente, entonces traer toda esa memoria colectiva que se generó en Ecuador llevarla al proyecto y compartirla en comunidad con el grupo para potenciar el trabajo. Y todas esas dinámicas, miradas, reflexiones, abordajes distintos en la comunidad y participación popular, para mí el programa fue muy profundo y me sirvió para enmarcar el proyecto en lo lógico, en lo institucional y el modulo Doctrina social de la iglesia sustentó todo”.
¿Qué es lo que más te ha costado en este camino?
“Que no vayamos a capitalizar este proyectos por todas nuestras limitantes, de hecho, nos hicieron una nota en el diario La Nación y nada. Además buscamos la fundamentación de dos suicidólogos reconocidos a nivel mundial, Hector Basile y José Lumerman, dentro de la iglesia no hemos logrado capitalizar la confianza y la viabilidad que tiene este proyecto y hay gente dentro de la iglesia que ya quiere replicar esta iniciativa en todo el país”.
¿Qué expectativas tienes de este encuentro en Bogotá, qué rescatas?
“Este encuentro tiene la importancia que se merece porque cada quien trae sus proyectos, sus luces y sombras; buscar estrategias compartidas, los objetivos, las alianzas. Yo tenía expectativas primero de aprender de otras experiencias, y la importancia de que la comunidad se apropie, con respecto a la doctrina social de la iglesia entrar de lleno a los principios”.
¿Cómo ves el papel de los jóvenes en este contexto político y como llegarle a los jóvenes y hablarle de estos temas?
“El papa Francisco es una luz para dentro y fuera de la política, porque dentro de nuestra iglesia se estaba dando un fenómeno de la apolítica que se fue metiendo en los seminarios y en los jóvenes donde la política no sirve para construcción del bien común, porque todos son corruptos; sin embargo hay jóvenes que se han involucrado en la participación política y eso se lo debemos al kirchnerismo y al peronismo y con ellos los pobres fueron tomados en cuenta, pero ahora con Macri se han rebajado las pensiones y entre otras cosas. Pero se pueden ver a los jóvenes de iglesia en organizaciones comunitarias haciendo lo posible por que el centro del Evangelio sean los pobres”.
“Creo que la juventud está pagando una factura que no sabe cómo les llegó”
Yaika Weber, Venezuela. Facilitadora del módulo de liderazgo y ética participativa. Integrante del equipo de Movimiento cooperativo Gestión Participativa
¿Cómo se siente al formar parte del equipo de metodólogos y facilitadores de este programa?
“Me siento muy bendecida porque vengo de un país que vive actualmente una profunda crisis que se ha tornado violenta, es la misma crisis que otros países sufren y ver que hay jóvenes comprometidos con la transformación de la sociedad, con conciencia del rol protagónico que les ha puesto la historia y que lo asumen desde una postura de compromiso. Yo vine a contribuir, pero me voy muy llena de experiencias, de aprendizajes de los participantes y me llevo una profunda esperanza porque ver a este grupo de muchachos le da a uno ánimos para seguir estimulando a que los jóvenes sean los protagonistas”.
¿Cuál es el proyecto que más te ha impresionado?
“Es una pregunta muy difícil, pues todo tienen gran nivel. Sin embargo dos hay dos que han llamado mi atención, uno de Argentina que trabaja con jóvenes que han intentado suicidarse porque es un tema retador, donde se requiere la intervención de profesionales calificados en temas de abordaje, pero que desde una visión pastoral se puede abrir un espacio para sensibilizar sin descuidar el aspecto profesional, me parece que es un proyecto de gran impacto; y el otro es el de Fortaleza por las características comunitarias a la que va dirigido, porque es una comunidad sólida, organizada, esto también encierra un gran reto. Aunque creo que todos los proyectos tienen mucho que aportar, entonces creo que supieron identificar una necesidad, diseñar un proyecto y así dar respuesta a una necesidad asistida”.
¿Todos los proyectos son sostenibles y sustentables?
“Por ejemplo el de Argentina es sostenible en la medida en que establezcan alianzas con profesionales de la salud, con instituciones, con organismos públicos para que se convierta en un programa de atención. El de Fortaleza es autosustentable porque está ligado a una comunidad que ya tiene una tradición comunitaria, son un grupo autogestionario que hacen vida en iglesia pero que tienen un impacto comunitario. Hay otros donde la sustentabilidad no es tan clara pues van a depender más del ánimo y del acompañamiento de los grupos promotores hasta que se consoliden las bases comunitarias y lo asuman como propios”.
¿Cómo ves la juventud latinoamericana, teniendo en cuenta toda la crisis social y de valores en muchos de los países?
“Creo que la juventud está pagando una factura que no sabe cómo les llegó y que los que ya no estamos tan jóvenes debemos contribuir con la formación sociopolítica de nuestra juventud latinoamericana. Hay que contribuir en el despertar de conciencia y eso es lo que me seduce de este programa, como el mostrarle miradas y perspectivas de que puede haber maneras distintas de una nueva sociedad. Esta generación de “milleniers” tiene herramientas que no tuvimos nosotros y una noción del tiempo distinta con la tecnología porque tienen más accesos a las situaciones para lo bueno y lo malo, pero creo que si los alentamos pueden hacer grandes cosas. Tienen la oportunidad de ser creadores e inspiradores de una sociedad más justa y más digna”.