Bajo la premisa que una las realidades más interpeladoras de nuestro continente es la situación de millones de hermanos y hermanas que víctimas de la violencia o la persecución política, se ven obligados a huir de sus países y solicitar refugio en otra nación, donde anhelan encontrar una oportunidad para vivir dignamente, la Red CLAMOR llevó la voz de la Iglesia Católica Latinoamericana y caribeña en la consulta realizada por el Alto Comisionado para refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) en San Pedro Sula, Honduras como parte del diálogo que ha iniciado de cara al Pacto Global sobre Refugio y Migración a realizarse en el 2018.
El vocero de la delegación de CLAMOR fue Monseñor Álvaro Ramazzini, Obispo de San Marcos, Guatemala, quien hizo lectura de un documento fijando la posición de la Red CLAMOR la cual estuvo basada en la propuesta 20 Puntos de Acción que el Papa Francisco presentó a través del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral basado en los 4 Verbos de los que habla el Papa Francisco: acogida, protección, promoción e integración.
En el documento presentado se sostiene que “Cada refugiado o refugiada, más que una estadística que engrosa los documentos de los órganos oficiales, es un ser humano, que debe ser respetado y promovido en su dignidad y derechos”.
En cuanto a los 4 verbos, la propuesta de la Red CLAMOR es:
a) Acogida: Buscamos aumentar las rutas seguras y legales para la Migración y el Refugio. Con especial énfasis en el principio de no devolución, lo cual implica, evitar la expulsión colectiva y arbitraria de migrantes y refugiados. El proceder debe partir de las consideraciones humanitarias de las personas que huyen por razones de violencia de sus países, para no ser devuelto de manera abusiva a un lugar que se considere de riesgo para su integridad personal.
b) Protección: Queremos fortalecer la luchar por la defensa de los Derechos y la Dignidad de personas Migrantes y Refugiadas. En esta parte, la Red CLAMOR considera que la población refugiada debe contar con el goce efectivo de sus derechos en igualdad de condiciones que la población nacional. Los migrantes y refugiados se enfrentan a múltiples obstáculos, en particular, vacíos legales debido a la falta de regulación y lineamientos claros, pues muchos tienen dificultades legales para acceder a bienes y servicios básicos (bancos, colegios, hospitales, trabajo, inmuebles, etc.).
c) Promoción: Nos comprometemos a contribuir para el fomento del desarrollo humano integral de las personas migrantes y refugiadas. De allí la imperiosa necesidad de evitar conformarnos con medidas meramente asistencialistas o la ayuda humanitaria durante las emergencias, estas son necesarias pero deben ir acompañadas de programas y políticas que permitan el desarrollo integral.
En este sentido, CLAMOR hace un llamado para que los Estados generen políticas públicas responsables e integrales, donde se promueva una inclusión social de los refugiados para que puedan ejercer su oficio en las comunidades de acogida. Por ello, es importante asumir políticas menos restrictivas que garanticen tanto la igualdad como una posibilidad más amplia para ejercer la ciudadanía y la promoción humana en los lugares de acogida.
d) Integración: Buscamos una mayor participación de las personas migrantes y refugiadas que hagan posible la convivencia armónica y enriquecer las comunidades locales de acogida, tránsito y refugio, donde fundamentalmente sea prioritario adoptar un lenguaje que fomente la solidaridad y la hospitalidad de migrantes, solicitantes de asilo y refugio, evitando verles como competencia o amenaza en los países de tránsito y destino. Los medios de comunicación y líderes políticos tienen un papel fundamental para transformar este imaginario colectivo. Además los espacios de intercambio entre quienes llegan y quienes acogen deben servir para favorecer una cultura del encuentro que permita entender los beneficios que trae la integración.
En esta importante consulta, también estuvieron Monseñor Guillermo Ortiz, Presidente de la Dimensión de Movilidad Humana de México y Monseñor Ángel Garachana Pérez, Obispo de San Pedro Sula, junto con representantes de las diversas organizaciones de la Iglesia que conforman la Red CLAMOR.
Para Luis Enrique Pinilla, Secretario Adjunto del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) de América Latina y el Caribe, considera que como primer desafío para las organizaciones que hacen parte de la Red Clamor es que “Desde nuestra experiencia de trabajo con refugiados y migrantes podamos de alguna manera sensibilizar a los Gobiernos Nacionales que son los que en última instancia son quienes negociarán este Pacto ante la ONU y son los Estados quienes tienen únicamente voto y ahí va estar el Estado Vaticano como representante nuestro, pero sin duda la Red tiene un deber en esto, en tratar que las preocupaciones que nosotros consideremos más importantes como Iglesia sean consideradas por los Gobiernos nacionales quienes votan y suscriben estos pactos, de manera que el reto es tener canales de interlocución con ellos y que ellos puedan acoger algunos mínimos que nosotros consideramos deben quedar incluidos en los pactos que se firmen”.
Para el Padre Leonir Chiarello, Director Ejecutivo de la Red Internacional de Migración Scalabriniana y representante permanente de migración ante la ONU en New York y miembro de la delegación de la Red CLAMOR, afirma que “Es un momento muy valioso para como Iglesia hacer escuchar el clamor de los Refugiados e incidir ante el sistema de Naciones Unidas”.
El Padre Chiarello, quien estuvo presente, describe: "Ramazzini fue el único que fue interrumpido por un fuerte aplauso. Presentó una motivación para leer el documento y fue "al grano" del compromiso de la comunidad internacional para la protección de las personas refugiadas. Nos queda el compromiso de fortalecer nuestra colaboración con los Estados, organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil, incluyendo las organizaciones eclesiales"
Con los Pactos de Refugio y Migración, además de comprometer a los Gobiernos a la toma de decisiones de políticas públicas en esta materia, se busca sensibilizar a la ciudadanía, evitando con ello conatos de xenofobia, para convocar a una cultura del encuentro, por ello, para Pinilla “Como organizaciones de fe que somos responsables de promover desde el testimonio y el amor cristiano, desde el ejemplo del Evangelio que nos enseña la necesidad del acoger y recibir al peregrino, es como nuestro fundamento y a partir de eso se puede trabajar, además de resaltar las experiencias de intercambio de culturas y de desarrollo económico que los migrantes y refugiados nos han aportado. América Latina es una región de mezclas, de intercambio de saberes y nosotros somos producto de ello y es allí donde podemos encontrar los argumentos”.