El concepto de Desarrollo Sostenible constituye una pieza fundamental en la definición de políticas y estrategias gubernamentales. La ONU (Comisión Brundlandt) lo define como aquél desarrollo que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. Por ejemplo, cortar árboles de un bosque reforestando inmediatamente con especies diversificadas, es una actividad sostenible. Por otra parte, el consumo de petróleo de la sociedad moderna, no es sostenible por que dicha materia prima no es un recurso natural renovable, y no se tiene tecnología para su elaboración a partir de la biomasa; además de ser uno de los principales agentes para el Efecto Invernadero o Calentamiento Global por la emisión de Gases Contaminantes: el CO2.
¿Será que el modelo económico paraguayo basado en la agroexpotación de comodities y la simple actividad extractivista cumple con los criterios de la ONU del Desarrollo Sostenible ? No hay duda alguna que la casi totalidad de las actividades industriales, así como las de los agronegocios no son sostenibles en Paraguay, violando sistermáticamente las leyes del impacto ambiental. Daremos algunos ejemplos luego.
Por otra parte, una definición más amplia e integral de Desarrollo Sostenible que la de ONU es la siguiente:
"Se entiende como DESARROLLO SOSTENIBLE a todo desarrollo socialmente justo, económicamente incluyente y ambientalmente responsable. Si así no lo fuera no es sustentable. Además, tampoco es desarrollo. Es apenas una actividad explotadora, irresponsable, avarienta y gananciosa, que representa los intereses de una minoria poderosa, rica y politicamente influyente". [Henrique Cortez, 2005]
Desde nuestras raíces primigenias, o desde nuestras creencias religiosas, debe existir una relación armónica entre el ser humano y su entorno natural. Por ello se debe comprender la indisoluble relación entre Educación Integral, Cultura y Comunicación Ambiental. Es innegable que necesitamos de los recursos naturales para nuestra supervivencia y desarrollo pleno, pero simultáneamente debemos preservar el medio ambiente, como heredad y patrimonio de toda la humanidad, tanto de las generaciones actuales así como de las futuras.
La Educación y Comunicación Ambiental es un proceso estratégico vital que debe involucrar a todos los sectores de la sociedad, promoviendo el diálogo y la búsca de tecnologías apropiadas para lograr la sostenibilidad. En las estrategias de educación ambiental y en las políticas de gobierno, deben incorporarse con mayor relevancia las tradiciones regionales con sus riquezas culturales. Es en cada región donde podemos comprender la repercusión de nuestras acciones cotidianas, sus efectos sobre la salud del Planeta y la necesidad de soluciones viables para garantizar un futuro mejor.
En un mundo que está dilapidando a ritmo acelerado los recursos materiales y energéticos, comprometiendo el ambiente ecológico, el desarrollo de la técnica no controlada en un plan a nivel universal, lleva muchas veces consigo la amenaza al ambiente natural y transforma al hombre, constituido como dueño y custodio inteligente y noble de la Naturaleza, en un explotador y destructor sin reparo (Juan Pablo II, Encíclica “Redemptor Hominis” – 1979 – Nº 5-16)
Cultura económica del consumismo desenfrenado
Como bien lo señala Marcus Eduardo de Oliveira (economista de EcoDebate Portal, y profesor de economía de la FAC- FITC y UNIFIEO en São Paulo) en su artículo <Creando riquezas y destruyendo el Planeta>, “no existen dudas acerca de la capacidad inigualable de la economía capitalista globalizada para lograr específicamente cuatro puntos: crear riquezas, expandir el crédito, estimular los avances tecnológicos y asegurar el crecimiento físico de las economías de mercado. Esto hace que sea alabado el dogma del progreso, consubstanciándose, de manera equivocada, la calidad de la vida humana con la perspectiva de acumulación material. Es correcto afirmar que, al menos en esos cuatro puntos, la economía capitalista consiguió en los últimos 60 años dar pruebas incontestables de su supremacía, sobre todo cuando se trata de generar riqueza y propagar el crecimiento económico”.
Y nos señala el profesor Marcos: “sin embargo, lo que esa misma economía capitalista no supo hacer con la misma preeminencia, fue conciliar el crecimiento económico con la preservación del medio ambiente, y mucho menos no supo priorizar la lucha contra la pobreza y la miseria, promoviendo preferentemente la creación de riqueza para la producción de suntuosidades. Por esta razón, existen en la actualidad el 14% (casi 1 billón entre 7 mil millones de personas) de la población mundial pasando hambre ocupando los bolsones de pobreza, orillando los más indecentes niveles de exclusión social”.
El Paraguay, insertado en la política globalizada del consumismo desenfrenado, sigue basando su economía en modelos extractivistas y depredadores de los recursos naturales. Ya ha aniquilado sus bosques tropicales en la Región Oriental y en la actualidad se encuentra depredando alocadamente, sin control responsable, la Región Occidental o Chaco paraguayo.
En enero del 2016 se detectaron cambios en la cubierta natural en el Gran Chaco Americano, la cual sufrió cambio de usos en 37.147 ha. en comparación a las 33.058 ha del mes anterior. Se obtuvieron así unas 1.198 ha/día en comparación a 1.066 ha/día del mes de diciembre de 2015. A modo de comparación, las 37.147 ha equivaldrían a un área de más de 3.3 veces la ciudad de Asunción y a más de 1.8 veces la ciudad de Buenos Aires. De las 37.147 ha de bosques o tierras forestales que registraron cambio a otros usos en éste mes, Paraguay registró el mayor porcentaje de deforestación con 55 % de áreas de desmonte, seguido por Argentina con 37 % y Bolivia con 8 %.
En el caso específico de Paraguay, el promedio de deforestación fue de 663 ha/día, Argentina registró un promedio de 436 ha/día y Bolivia 99 ha/día. (Alberto Yanosky – Organización Amigos de Guyra Paraguay).
El capital aplicado a la actividad agropecuaria intensiva-extensiva propician el latifundio, resultando en una expulsión de nativos y campesinos de sus tierras que van a las ciudades a engrosar el cinturón de pobreza y marginalidad, creándose una explosiva situación social. Se genera terribles problemas medio-ambientales: contaminación de los recursos hídricos, aumento en la producción de residuos sólidos, atmosféricos y líquidos, disminución y desaparición de la biodiversidad, contaminación urbana (congestión de sus espacios públicos, ruidos, deterioro de sus vías públicas, y que se sume en pérdidas generalizadas del confort), degradación de los suelos (uso intensivo del suelo, abuso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas, acidificación, desertificación, erosión, etc.), entre otros graves problemas.
Según datos históricos del Departamento de Recursos Naturales del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en 1945 el Paraguay contaba en la Región Oriental con 8,5 millones de hectáreas de bosques, la cual en 1998 se redujo a 2,5 millones de hectáreas, con una velocidad de tala indiscriminada en la época de alrededor de 500.000 hectáreas por año.
Por otro lado, el PNUD en un informe, publicado el 5 de junio del 2009, nos señala:
"Anualmente en la región chaqueña desaparecen 13.000 hectéreas de bosques, y que en la región Oriental del país ha perdido el 80% de sus regiones boscosas. De los 8 millones de hectáreas que corresponden al Bosque Atlántico del Alto Paraná, en la región Oriental, solo quedan cerca de 1,3 millones de hectáreas". (PNUD, 2009)
Así, solo la Región Occidental pierde diariamente en masa vegetal una proporción similar a 800 canchas reglamentarias de fútbol.
Finalmente, reflexiones del Papa Francisco sobre el modelo de producción
Rescatemos algunas expresiones del Papa Francisco, del 28 de octubre de 2014 en Encuentro Mundial de Movimientos Populares:
Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales: el acaparamiento de tierras, la desforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, que no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extinción.
La otra dimensión del proceso ya global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de hambre. por otra parte se desechan toneladas de alimentos.
Y con estos pocos datos, surgen entonces algunas dudas para el futuro del Paraguay:
El modelo económico paraguayo agroexportador de comodities, es una gran fábrica de pobreza extrema y de agotamiento de los recursos naturales a mediano plazo?
Por lo tanto, ¿el desarrollo actual del Paraguay: es progreso o barbarie?
*Doctor en Ciencias de la Educación, Master en Gestión Ambiental, Ingeniero Civil. Docente de la Facultad de Recursos Naturales de la Universidad Nacional de Formosa UNaF, Argentina y de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Católica UCA de Asunción. Docente grupo educativo IDEIA de Río de janeiro e IPCP de Fortaleza en convenio con universidades privadas del Paraguay