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La Ternura de Dios con los niños y las niñas: Acoger a los Emigrantes menores de edad


Comunicado conjunto de obispos de las Diócesis fronterizas de Haití y República Dominicana

Durante los días 21 y 22 de Marzo (2017), 3ª semana de Cuaresma, y casi víspera del Martirio Profético-Fructífero del Beato Mons. Romero (24-3-1980), los Obispos de las Diócesis fronterizas de Haití y República Dominicana, realizamos el 3er. Encuentro de nuestras iglesias locales, en la casa-residencia del Obispo anfitrión de la Diócesis de Barahona, disfrutando de la atenta y calurosa acogida de Mons. Andrés Napoleón Romero Cárdenas.

En la apertura, los presidentes de las comisiones de Pastoral de Migrantes de las Conferencias Episcopales de ambos países, Mons. Launay Saturné y Mons. Diómedes Espinal, señalaron, con sentido eclesial, que aunque somos dos países distintos, somos una sola iglesia, un solo pueblo cristiano, que compartimos la misma fe en Jesucristo, y desde esta misma fe estamos llamados a ejercer una misma misión: trabajar por el bienestar de los dos pueblos, luchar para preservar la armonía, y el respeto de la dignidad de los migrantes, con cuidado esmerado a los niños y las niñas indefensos y sin voz, creando una cultura de paz, a sabiendas de que los hermanos y hermanas que dejan su tierra para emigrar, son tan hijos e hijas de Dios, como los no migrantes. Por esta razón: donde hay comunidad cristiana no hay extranjero.

Con el análisis socio político y socio económico de Haití, desde el 7 de febrero del año en curso, se redescubre que a pesar de la crisis, el pueblo tiene como expectativa el deseo de un cambio de vida. Y con la presentación del seguimiento al status del PNRE= Plan Nacional de Regularización de Migrantes en Rep. Dominicana, la Iglesia reitera su compromiso de seguir facilitando y gestionando los servicios que contribuyan a la obtención de documentación para los migrantes irregulares.

En comunión con el Mensaje del Papa Francisco a la ocasión de la Jornada Mundial de Migrantes y Refugiados, que este año (2017) está centrado en “Emigrantes menores de edad, vulnerables y sin voz”, reafirmamos dos de los textos bíblicos citados en dicho mensaje (Mt 18,6; Mc 9,37):

1. “Al que escandalice a unos de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo arrojen al fondo del mar” (Mt 18,6). Aquí se nos cuestiona en estos términos: “¿Cómo no pensar en esta severa advertencia cuando se considera la explotación ejercida por gente sin escrúpulos, ocasionando daño a tantos niños y niñas, que son iniciados en la prostitución o atrapados en la red de la pornografía, esclavizados por el trabajo de menores o reclutados como soldados, involucrados en el tráfico de drogas y en otras formas de delincuencia, obligados a huir de conflictos y persecuciones, con el riesgo de acabar solos y abandonados? (cf. JMMR, Mensaje 2017, 2º párrafo).

2. “El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado” (Mc 9,37). Con este texto, tenemos la justa claridad de la Revelación de la Ternura de Dios para con los niños y las niñas, de manera que acoger a emigrantes menores de edad, es acoger al mismo Dios, que es Padre, y Dios celoso, que cuida de sus hijos e hijas menores, exigiéndonos, a los adultos, el compromiso cristiano de velar y traducir el evangelio de Jesús en ternura, en sintonía con la profunda y preciosa síntesis aplicada en el discurso del Papa Francisco, el 21-2-2017, al VI Foro Internacional sobre Migración y Paz: “Acoger, Proteger, Promover e Integrar” a todas las categorías de migrantes en una cultura de paz, justicia, amor y solidaridad.

Como reflexionan los obispos del III Encuentro: “los migrantes de por sí son vulnerables, pero más los son, como indefensos, los menores de edad”. Y como hermosamente se celebró en la Eucaristía del 21-3-2017 (a las 6:00 pm), en la Capilla Santa Cruz de la Iglesia Catedral de Barahona: una celebración abarrotada de fieles, reconociéndose hijos e hijas del mismo Padre Dios, al confraternizar, en plena expresión litúrgica de ternura intersolidaria, entre migrantes y parroquianos de la Diócesis de Barahona, presididos por sus pastores Obispos haitianos y Obispos dominicanos, contando con el acompañamiento de Mons. Jude T. Okolo, Nuncio Apostólico de Su Santidad, más la presencia de varios sacerdotes de la diócesis anfitriona. Una Eucaristía que nos refortaleció en la misma fe del mismo Jesucristo, Hermano nuestro, Hijo de nuestro mismo Padre, liturgia festiva, con la alegría de los creyentes en el Dios de la vida, que nos ama, independientemente de raza, color e idiomas, y que nos exige cuidar con esmero a los Emigrantes menores de edad, vulnerables y sin voz.

Pedimos las bendiciones abundantes del Dios de los migrantes, de Jesús, de María y de José, familia de Nazaret, que sufrió la dolorosa experiencia de tener que emigrar forzosamente a Egipto.

Encomendamos a todos los niños y niñas indefensos a la protección de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, Patrona de Haití, y Ntra. Sra. de la Altagracia, Protectora de Rep. Dominicana.

Barahona, 22-3-2017.

Mgr. Launay Saturné- Obispo de Jacmel Mons. Diómedes Espinal- Obispo de

Mao-Montecristi

Mgr. Glandas Marie Eric Toussaint- Obispo Auxiliar de Mons. José Dolores Grullón- Obispo de

Puerto Príncipe, Presidente de la Caritas de Haití San Juan de la Maguana.

P. Jean Ronel Bonnet- Hinche Mons. Andrés Napoleón Romero Cárdenas

Obispo de Barahona

P. Lucien Gustot- Sec. Ejec. CEM-CEH P. Julio Acosta (Julín)- Sec. Ejec. CNPM-

CED

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