He asistido - como una gracia - a los primeros pasos para la Constitución de la Red CLAMOR, destinada a articular los grupos eclesiales que trabajan con y por las personas migrantes y víctimas de la trata en América Latina.
Ha sido en Santo Domingo. Y he participado en la Delegación española encabezada por el Obispo Monseñor D. José Sánchez de la Comisión de Migraciones ( que tanto sabe por experiencia propia y por su trabajo con migrantes en la Iglesia Española) y por el Delegado Nacional de las Misiones católicas para emigrantes de habla española en Alemania D. Raúl Herrera.
Tuvimos la suerte de estar acompañados por Pedro Cano, ejemplar misionero laico de Murcia que trabaja allí enviado por OCASHA. Fue nuestro ángel de la guarda, hombre bueno y justo que nos ayudó con sus sabiduría, experiencia y finos análisis sobre la situación dolorosa de los Derechos Humanos en Republica Dominicana y Haití
Nos hemos acercado con los ojos del alma a algo muy repetido y constatado. Lo insoportable e inadmisible que nos resulta comprobar (y que llega hasta romper hasta las fibras mas sensibles de nuestro propio corazón) la herida que grita crecientemente de mucha gente, de muchos grupos de la movilidad humana, especialmente cuando desde comportamientos machistas vulneramos la dignidad integral de mujeres o desde la arrogancia lo hacemos con migrantes, niños etc
Oir desde voces infantiles o desde mujeres maltratadas sus experiencias desgarradoras solo puede ser asumible desde la conciencia cada vez más clara que no basta con la compasión. Que esta nos debe llevar a la indignación manifiesta. Y de ella al compromiso activo y "enredado" . Solo así es soportable oir las narraciones, entre ingenuas y dolorosas de los niños de la calle vendidos al mejor postor para satisfacciones sexuales que descubrían lo que era un cepillo de dientes en el Hogar de acogida o lo que suponía dormir en una cama sin miedo . Solo así es soportable oir y acompañar en hogares eclesiales ( las monjas siempre están ahí ¡ siempre ¡ ) los desgarros de mujeres victimas de explotación sexual que enseñan a dar los primeros pasos a sus hijos recién nacidos en techo seguro.
Hemos comprobado también la vulnerabilidad de los defensores y defensoras de derechos humanos, dominicanos y dominicanas autóctonos y de ascendencia haitiana y otros grupos, que continúan siendo marginados y segregados de los espacios de poder y toma de decisiones, y que no puedan ejercer libremente los derechos reconocidos por la Constitución y las demás leyes del país. Ahora especialmente luchadores por la concesión de nacionalidad a los haitianos que llevan muchos tiempo en Republica Dominicana
Nos hablaron de Genaro Rincón Mieses a quien la banda de asesinos que intentaron matarle, lo golpearon sin piedad, mientras lanzaban improperios en contra de los nacionales haitianos y sus familias y lo señalaban como su defensor, "y que era igual que ellos, y que por eso debían matarlo". O de los ataques a periodistas y activistas del Movimiento Reconocido...Y de muchos otros con datos, con nombre y apellidos , con pelos y señales ...
Nos decían la voces conjuntada de la gran América Latina con quien compartíamos la experiencia que "la justicia tiene un rol primordial que jugar en las garantías de los derechos fundamentales de estos grupos y los demás ciudadanos, no sólo en cuanto al acceso a la justicia, sino en cuanto la reparación una vez se es víctima de una discriminación, de violencia física, psicológica u otro delito"
Hemos visitado barrios y parroquias de emigrantes haitianos en Santo Domingo, Dajabón, etc . Y hemos llorado de impotencia solo enjugadas al oir sus cantos de esperanza. Hemos sido testigos avergonzados de sus deseos de organizarse y defenderse - sin medios algunos - en los barrios sin luz, inmundos por la basura no recogida, golpeados y victimas de todo tipo de trata, laboral, sexual, psicológica,...
Y durante varios días hemos sido testigos de cómo se cose una red entre las instituciones, y organizaciones de Iglesia: Scalabrinianos y scalabrinianas , Jesuitas, Franciscanos, Salesianos, Adoratrices, Sanjuanistas, gente de la CLAR , gente de Cáritas nacional e internacional, Conferencia episcopales ...etc Presididos en la caridad y en la esperanza por el obispo de Yucatán Monseñor D. Gustavo Vera , responsable de la Comisión de Justicia y Solidaridad de CELAM
Para que no fuera todo papel mojado, la tinta la escribimos desde la experiencia en la frontera con Haití que la delimita el rio Masacre de cuyo nombre existe la creencia alude a la masacre del Perejil ( hablaban de 35.000 asesinados) ordenada en 1937 por el dictador de la República Dominicana Rafael Leónidas Trujillo.
Allí, Solidaridad Fronteriza de los jesuitas y otras asociaciones son como una voz que clama en el desierto y que se haciendo CLAMOR todos juntos . Pretenden levantar la dignidad y la autoestima de la gente campesina y de los pueblos que viven en la frontera, migrantes permanentes u ocasionales , haciéndoles partícipes del proceso de su propio desarrollo integral, autogestionario, comunitario y sostenible en la frontera noroeste-RD/noreste-Haití.
Volvamos a mis rápidas impresiones sobre el nacimiento de la Red Clamor : ¡Es hermoso ver como muchos hombres y mujeres trabajan por contribuir a recuperar con la fuerza del poder de las organizaciones, la dignidad de los pobres, elevar el nivel de vida, apoyados en los valores de Fe, de la Justicia y de la cultura . Es hermoso ver nacer y casi hasta bautizar a una criatura eclesial envuelta en los deseos trabados de como coordinarse mejor , comunicarse mejor , formarse mejor, hacer mejor y más eficaz la incidencia soñando incluso con llegar a la ONU ( allí tuvimos dos ponencias magnificas de , Leonir Chiarello msc uno de los mejores expertos de la Iglesia que trabaja en la ONU los temas migratorios).
Porque llegar al Vaticano es más fácil. Ya está su voz allí recogida por el Papa Francisco del que precisamente vienen los mejores impulsos para trabajar así por los empobrecidos. En nuestro caso con los migrantes forzosos y víctimas de la trata.
A nosotros que acudimos generosamente como invitados para compartir nuestras experiencias, incluso nos dieron ocasión de hablar de nuestras fronteras y nuestros procesos, de nuestras claves y de nuestras denuncias, de nuestras impotencia, de nuestros pasos ... Incluso de la necesidad de que misioneros latinos acompañen en Europa a nuestro emigrantes de habla española. Así lo hizo muchos años la Iglesia española enviando a muchos de sus mejores hijos al lado de los migrantes españoles a Europa. Y cuyas cerca de 60 capellanias ahora laten al ritmo latino .Por no hablar de la ejemplar labor misionera española en los países de origen de muchos de los emigrantes latinos de ahora que llegan al viejo , cansado, desunido y "desvalorizado" Continente Europeo
Escuchando tanta vida y tantos deseos de coordinarse y trabajar en común - como la Iglesia española también quiere en la Red intercelesial "Migrantes con derechos" - me venia a la memoria aquello recogí de Eduardo Galeano:
"En el verano de 1972, Carlos Lenkersdorf escuchó esta palabra por primera vez.
Había sido invitado a una asamblea de los indios tzeltales, y no entendía nada. Él no conocía la lengua y la discusión, muy animada, le sonaba como lluvia loca.
La palabra tik atravesaba esa lluvia. Todos la decían y la repetían, tik, tik, tik, y su repiqueteo se imponía en el torrente de voces. Era una asamblea en clave de tik.
Carlos había andado mucho mundo, y sabía que la palabra yo es la que más se usa en todos los idiomas. Tik, la palabra que brilla en el centro de los decires y los vivires de estas comunidades mayas, significa nosotros".
Pues eso. Allá y acá: ¡Nosotros ¡
*Director del Departamento Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española