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“Soy un hombre muy optimista, otro mundo es posible”


Miremos un poco en su haber: ejecutivo del grupo de Empresas Claro, gerente general de Elecmetal S.A., presidente de la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC) y actualmente el nuevo Presidente Mundial de UNIAPAC (Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa), él es el Doctor Rolando Medeiros, quien llegará en reemplazo de José María Simone, empresario y ex presidente de ACDE (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas de Argetina).

Tiene amplia experiencia gerencial en diversos sectores industriales y de servicios en Chile, Sudamérica, Asia y EE.UU. así como su alto compromiso por incorporar los valores cristianos a la empresa de allí que hoy sea genio y figura de esta red compuesta por 40.000 dirigentes empresariales y ejecutivos cristianos alrededor del mundo.

Sentó un precedente importante cuando en 2009 escribió una carta con el título “La Caridad en Verdad y el rol del empresario” dirigida a los miembros de la USEC, organización de la cual era su presidente en ese entonces, en la que destaca tres ideas sobre la encíclica Caritas in Veritatis de Benedicto XVI.

Entre los planteamientos fundamentales destaca: “Nos plantea que el primer capital a salvaguardar y valorar es la persona humana en su integridad, ya que ‘el hombre es el autor, centro y fin’ de toda vida económica y empresarial. En este sentido, el Papa propone hacer una nueva síntesis humanista, es decir, colocar el necesario desarrollo económico y material como un medio y no como un fin. Medio para alcanzar la meta del pleno desarrollo humano y social”.

Es un humanista a todo dar, tiene una formación íntegra, obtuvo títulos de postgrado en química cuántica y física en la Universidad de Uppsala, Suecia; administración de empresas en la Universidad de Chile y filosofía en la Universidad Alberto Hurtado. Llegó la hora de tomarle el pulso.

Doctor Medeiros, en un mundo actualmente tan convulsionado, ¿Otro mundo es posible?

“Sí lo creo; hay que buscar las bases, las raíces de la convulsión para atacarlas. Dicha convulsión puede estar relacionada con expectativas no satisfechas. Lo principal es mantener los pies en la tierra y forjarse metas realizables y tener actores sociales que interpreten y diagnostiquen adecuadamente. Además que desplieguen sus talentos, sus habilidades y eso es lo que va a permitir satisfacer completamente las expectativas planteadas y erradicar la raíz de la convulsión y en ese sentido los empresarios no estamos exentos y tenemos que ser parte de la solución.

¿La igualdad social es un mito?

“Yo no sé qué es la igualdad social, creo que es una buena combinación de palabras, pero en sí mismo la igualdad no es buena ni mala, por ejemplo, si el salario de una persona que trabaja mucho es igual al de una persona que es floja que no cumple sus responsabilidades, esa situación es injusta. Por lo tanto, la igualdad social si se le asimila a igualdad de oportunidades, que todos podamos acceder a ellas de acuerdo a nuestros talentos y a la formación que hemos recibido, es de esta manera estaría muy de acuerdo”.

¿Qué avances ha habido de parte de la Uniapac en los acuerdos y los desafíos que se plantearon en el encuentro con el Papa en el Congreso de Noviembre de 2017?

“Uniapac está participando activamente en la revisión del documento del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Este documento que parte del Dicasterio, busca estimular la vocación del líder y se tradujo en términos muy prácticos al mundo empresarial como resumen de todas las cartas pastorales de la Iglesia. Este documento está siendo actualizado para incorporar temas como Evangelim Gaudium, Laudato Si del papa Francisco, por ello, nuestra participación activa en esta comisión revisora y esperamos que nuestra contribución sea muy práctica para el mundo empresarial”.

En un contexto tan delicado como el actual, en medio de una crisis económica, ¿las guerras son el medio para oxigenar el mercado?

“La guerra es el fracaso del derecho y de la justicia, la guerra engendra más guerra y causa heridas que son difíciles de cicatrizar. Por lo tanto, no son la solución a los problemas del mundo, esta asociación entre guerras, negocios, mercados es más bien una quimera, indudablemente que la guerra genera una gran demanda de armamento, pero no es realmente lo que el mundo necesita para ser un lugar en común. Lo que debemos buscar es la fórmula para que en el mundo haya respeto por el ser humano, donde sea el rector de todas las actividades políticas, económicas y sociales. Que ese mensaje tan cristiano de amar al prójimo como a uno mismo esté en la esencia de cualquier solución para recuperar la sociabilidad, la fraternidad y así volver a sentir desde el corazón este amor por el prójimo”.

¿Cómo ve el futuro, cómo ve el mundo, qué tan pesimista y tan optimista puede llegar a ser?

“Soy muy optimista. En cualquier lugar del mundo la crisis que se está viviendo es una crisis de sentido y de confianza, cuando esto sucede el ser humano necesita anclarse para tener estabilidad y romper con la incertidumbre. Lo que tenemos es que buscar de los valores universales que están en la esencia del ser humano y las personas dejen de ser ese “humano artificial” que ha creado el consumismo exacerbado, que nos ha hecho alejarnos de Dios y encerrarnos en un individualismo que no le ha hecho bien a la sociedad”.

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