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  • Ángel Alberto Morillo

Janeth Márquez, la mujer de las bases


Nada más con verla uno ya dice que es de esa estirpe mujeres que nació para liderar, digna protagonista de una heroína de las novelas de Gallegos. Su apostura radica en ese rostro moreno y ojos marrones, que transmiten orden y voz de mando. No titubeó, dijo tajantemente: “Soy caraqueña, pero me siento gocha”, así se autorretrata Janeth Márquez, actual directora nacional de Cáritas Venezuela, quien a pesar de haber nacido en Caracas, recuerda con mucha vehemencia sus viajes a San Cristóbal, en los Andes venezolanos, de donde son sus padres. Le gusta hablar en plural, en ese nosotros, hicimos, planeamos, sin duda, apuesta por lo colectivo, deslindándose de todo personalismo, se multiplipa en el lenguaje como una forma de ver al mundo.

Ella viene de las bases, fueron más de 40 años de vida en la Cota 905 de Brisas del Paraíso, donde desarrolló - y sigue desarrollando- toda su labor social, siempre con una opción preferencial por los pobres, acompañándolos en sus luchas por los derechos humanos. En 1980 hay un evento que la haría comprometerse más con su pueblo, la muerte de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. “La muerte de monseñor nos animó a ser testimonio de ese trabajo por los derechos humanos, por eso, nosotros vivimos ese proceso muy de cerca y por eso todos los años la alegría de vivir a monseñor Romero, que es nuestro beato, nuestro santo, para nosotros es San Romero, y siempre que me preguntan digo que es monseñor Romero, quien fue los que animó a trabajar con la jerarquía y a trabajar con las bases, es decir, que no hay una iglesia separada sino una iglesia única y el logro más importante es que acompañando a los obispos podemos caminar en conjunto”.

Esta socióloga y educadora, egresada de la Universidad Central de Venezuela, con 25 años de casada, habla un poco de sus luchas y anhelos. Tiene una profunda vocación por el servicio, de allí que no duda en afirmar que “después de Cáritas yo quisiera entrar en la política del país, es una experiencia que me anima”.

¿Cómo llega Janeth Márquez hasta estos derroteros por un mundo mejor?

Vengo de trabajar en las comunidades eclesiales de base de Brisas del Paraíso, donde iniciamos las primeras comunidades con el padre Wissenbach con los redentoristas e iniciamos una experiencia importante como lo fue la red de apoyo por la justicia y la paz, donde trabajé 5 años y de esa experiencia conocí el trabajo de la Conferencia Episcopal y decidí incidir en la vida de la Conferencia Episcopal. Veíamos a la conferencia muy lejos y entonces desde la red y desde las comunidades eclesiales de base dijimos que hay que incidir en que alguien entre como en la jerarquía en esas instituciones de manera que

se puedan lograr algunos lineamientos y sobre todo desde el tema de los derechos humanos.

En una Iglesia que tiende a centrarse más en lo masculino, ¿Cómo ha logrado Janeth manejarse en ese ámbito, cuál es su secreto?

Yo creo que el secreto es el compromiso y el testimonio. Nosotros exactamente entramos por una convocatoria que se hizo en la conferencia episcopal, las comunidades eclesiales me pidieron que entrara en la convocatoria y cuando fuimos pues empezamos a ver lo que significaba los señores obispos, era diferente la estructura con la que veníamos trabajando, pero por el tema de hacer la incidencia, me dijeron tienes que quedarte ahí. Y hoy tengo 25 años en Cáritas, además de la Conferencia Episcopal Venezolana y puedo decir que es una experiencia sumamente positiva, en el tema de incidencia y en el tema de ir queriendo a nuestra iglesia también jerárquica porque hemos visto en todos estos señores obispos, un acompañamiento cotidiano, permanente, y además un avance de nuestra iglesia a procesos más comprometidos, a procesos que tienen que ver con la región e ir incorporándose a temas como es el de derechos humanos, el tema de la pastoral penitenciaria y pastoral de la salud.

Política desde la Iglesia al servicio de la gente

Sin duda se confiesa, es la mujer que logra consensuar intereses tan disímiles como en el caso de la política, hoy por hoy le duele ver cómo muchos de sus compañeros de lucha, al menos 15 años atrás, apostaron por un proyecto político alternativo pero que hoy se ven desahuciados; sin embargo apunta, de manera muy atinada, que su aporte "sería el que la iglesia pudiera darle a la vida política del país, que le ha dado por muchos años. Nosotros tenemos un dolor en el corazón, porque mucha gente de nuestras comunidades eclesiales participaron hace 15 años en la propuesta política por un mundo mejor que nos dio Chávez, creímos en eso, pero en el caminar vimos que nuestra gente no tenía claros los valores o los tenían claros pero las estructuras se los comieron, yo creo que no es que la gente cambió, sino que la estructura ha sido muy dura”.

No sólo se ha quedado en el discurso, en su gestión en Cáritas ha impulsado una licenciatura en Ciencias Políticas, con el apoyo de la Universidad Valle del Momboy, dirigido especialmente a gente que lleva más de 10 años de trabajo en Cáritas, muchos profesionales, pero que con esto tienen una nueva oportunidad de abrir un espacio para su crecimiento personal, sin ningún tipo de ambages lanza: “Estamos estudiando Política, para entrar a la política”.

“La idea es que no quedemos dentro de la capilla, podemos ir a la capilla, pero que nos vayamos a la ciudad de la política. Nuestro país está pasando por momentos complicados, pero con la esperanza que nuestro país se va a volver a enderezar y nosotros queremos hacer un aporte desde la Iglesia”, explica.

¿Cómo enderezar al país, cuál sería el aporte de Janeth?

Yo creo que todas las tendencias, todas las posturas, tendrían que ver el bien común del país y de alguna manera aportar, ceder un poco en sus posiciones; escuchar al pueblo y a otra gente que ha podido manejar sus países y lo han sabido encaminar, si nos escuchamos todos, juntos, yo creo que podremos salir adelante. Nuestro país tiene grandezas, pero sobre todo tiene hombres y mujeres capaces de trabajar uno con el otro aunque piensen diferente.

La mujer en piel de guerrera

Con todas las responsabilidades que tiene, Janeth también es madre y esposa. Tiene dos hijos y según ella misma “dicen que bailo bien”, aunque su mayor talento es la gerencia, sin duda, su estampa de líder, de la guerrera la acompaña en todas sus facetas, si de verdad llegara a ocupar un espacio en la política venezolana no tendría que envidiarle nada a Ángela Merkel, pues como bien lo dice: “Me considero una persona que tiene un don especial para gerenciar, sería capaz de incorporar gente de todos los espacios, de todas las tendencias y siempre eso ha sido con lo que me han reconocido en todos los espacios donde trabajo”.

No titubea y lo que a leguas se ve con las palabras reafirma: “Soy una líder y a pesar que es difícil en estos espacios de iglesia porque siempre uno se consigue con algunos dinosaurios que aunque en sus discursos hablan de la incorporación de la mujer, en sus acciones no tiene claras las cosas”.

¿Qué le falta por hacer en este aspecto de género?

Falta mucho, pero se ha caminado bastante y lo vemos en la misma iglesia, aquí tenemos mujeres directoras. Uno de los países más avanzados en esta materia es Venezuela, la relación de iglesia de mujeres y hombres es muy equilibrada, los obispos nos escuchan y además nos toman en consideración, pero todavía falta, creo que eso es un proceso.

Específicamente qué faltaría entonces…

Se están rompiendo algunos paradigmas, la cultura le dio mucha importancia a los hombres y ya está cediendo, esto está cayendo como naipes. Es más yo soy de las que pienso y he dicho aquí vamos a hacer una pastoral de los hombres, porque la cultura les dio un protagonismo especial, que con el tiempo se les ha ido quitando y si no se preparan ellos, nosotras vamos a asumirlo plenamente.

¿Cuál sería su mensaje para las pastorales, para la gente, para las comunidades eclesiales?

A nosotros nos inspira totalmente el papa Francisco y monseñor Romero y es que hay que trabajar con los pobres, trabajar codo a codo con ellos, escucharlos, pero además tratar de ayudarlos a buscar su desarrollo, no promover el mro asistencialismo, sino el desarrollo. Y el mensaje para la pastoral social de Cáritas es la incorporación de hombres y mujeres en este trabajo, a la animación, al voluntariado y volver a las calles y a los pobres.

Preguntas de paredón

En tres palabras cómo se define

Trabajadora, madre y compañera.

¿Qué le indigna?

Mentira

Un momento inolvidable

Mi matrimonio

¿De qué se arrepiente?

De no tener más hijos

El mejor momento de su vida

Haber ido a los 15 años de monseñor Romero.

Un color

Azul

Un libro

Las venas abiertas de América Latina

¿Qué no falta nunca en su equipaje?

(Risas) Un vaporub

Un lugar

Guatemala

Una virtud

El compañerismo

Un defecto

Prepotencia

Un santo

Monseñor Romero

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