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Clare Dixon: Sembrando esperanza en tierra americana


Muy lejos de los estereotipos creados en torno a los ingleses, Clare Dixon, natural del condado de York, en el norte de Inglaterra, tiene una mezcla muy particular en sus genes: 50% de irlandesa, una 25% de escocesa y otro 25% de inglesa, aunque el 100% de su corazón y su alma sea latina. En su voz guarda una amalgama de dialectos que le dan un tono muy particular, no en vano es una políglota a toda prueba, además de su nativo inglés, domina el español, francés, italiano, alemán y portugués, este último lo aprendió cantando las canciones de Chico Buarque y Nelson Nacimento, así es la Directora para América Latina y el Caribe y Mozambique del Fondo para el Desarrollo en el Extranjero (CAFOD, por sus siglas en inglés) que sería cómo escribir literalmente Catholic Fund for Overseas Developmen.

Rebelde por convicción y circunstancias, Clare ha tenido una vida signada por estar en el lugar y momentos adecuados, ella es un cúmulo de acontecimientos signados por mano de Dios que la han llevado a codearse con importantes figuras del mundo católico en nuestro continente, ella misma cuenta que “Tengo la dicha de haber conocido y ser amiga personal del padre Samuel Ruiz, al Cardenal Paulo Evaristo Arns de Brasil, al Cardenal Raúl Silva Rodríguez de Chile, que se enfrentó a Pinochet, al punto que este último lo llamó el Guaso”.

De toda su vida podríamos sacar un libro de anécdotas inimaginables al mejor estilo del Gabo, pero su mayor reconocimiento es que consideradas por mucho como la apóstol de Monseñor Romero, pues efectivamente en sus inicios en CAFOD estuvo muy vinculada con él: “En mi primer año en CAFOD tuve relación directa con Monseñor Romero a través de su oficina de comunicaciones, esta oficina era coordinada por el padre jesuita Rafael Moreno, y en esos días fue cuando la radio fue varias veces atacada y sacada del aire, y nosotros apoyamos para que se reconstruyera, nuestra relación data desde el 78”.

Un tío y una abuela

Clare le encantaba jugar con su monopatín, en un vaivén casi infinito como cualquier niña invadía su casa. Sólo sabemos su día de nacimiento, ella misma lo quiso así, llegó a este mundo el 27 de julio, en el condado de York en el norte de Inglaterra frente a Dinamarca cerca de Escocia, no dio más detalles. Recuerda que “Mi papá murió cuando yo tenía siete años y mi mamá trabajaba jornadas completas pero vivíamos a dos pasos de mi abuela materna que vivía con mi tío que nunca se casó y era mucho mayor que mi mamá y siempre tuvimos el cuidado de ellos”. Sus padres se llamaron Phillipe Dixon y Marie Hey.

Nació en una familia muy católica. Su primaria la cursó en un colegio llamado Sagrado Corazón, llevado por la congregación religiosa francesa de la familia ignaciana. “Mi abuelo, me dicen, había tallado los pilares de la Iglesia San José, que era nuestra iglesia parroquial y mi tío fue el maestro de ceremonias de esta parroquia desde la edad de 11 años hasta su muerte a los 81”.

Su madre tenía trece años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y su escuela fue destruida por bombarderos de los nazis y solo pudo estudiar un año más en la casa de su profesora, pero después fue muy difícil y a los quince años tuvo que empezar a trabajar. Esto la marcó mucho pues el consejo que siempre ella dio a Clare fue que hiciera lo que ella nunca pudo, “No te cases sin saber primero qué era lo que yo quería ser en la vida”.

Marie (su mamá), siendo la menor de seis hermanos varones, le encantaba mucho la música clásica tanto que para entender las óperas se inscribió en clases nocturnas para estudiar italiano. Pero la vida le cambió a Clare, un cáncer le arrebató la vida a su madre. Su tío se convirtió así en su ángel protector, decidió entonces desde ese momento llevarlos a conocer el mundo, cada vacación de verano fue un momento mágico para los hermanos Dixon.

“Mi tío había pasado la guerra en África del sur como miembro de la fuerza aérea y esto le había alimentado un gusto por conocer otros países y nos llevaba quince días en agosto a mi hermano mayor y a mí a España, a Italia, y éramos los únicos de nuestro colegio que habíamos salido del país porque para esa época era muy difícil y a pesar de que no éramos una familia adinerada, por el contrario, pero mi tío tenía ese gusto por llevarnos a conocer y así fui desde que tuvimos siete años hasta los 18 que ya entramos a la universidad; todos los años íbamos de vacaciones a recorrer varios países de Europa y ahí fue que me interesé en aprender idiomas”, rememora.

Una estudiante subversiva

Su marco lógico y forma de ver el mundo se circunscribe en la manera cómo lo ve desde lo histórico-político, de hecho, ella misma confiesa que “Estudié los idiomas a través del desarrollo histórico político de Europa”, con ello cultivó en su corazón un gran afán por la democracia y un desprecio por las dictaduras como el caso de Franco, durante este periodo "Estudié seis meses en Francia y seis en España en la Complutense de Madrid".

La dictadura de Franco arreciaba y en ese periodo conoció muy de cerca el rostro de la tortura, “Daba clases de Inglés para pasar el tiempo y además conocí gente del movimiento justicia y paz que se oponía al régimen de Franco, en ese momento ellos se opusieron al reclutamiento obligatorio y a un líder importante de ese movimiento lo habían mandado a la cárcel en el Sahara y ahí supe que quería abogar por un servicio alternativo al servicio militar, como el servicio social y eso me dio pistas para pensar que era lo que quería trabajar”.

Cuando Regresó de España y Francia, fue cuando se dio el golpe militar en Chile y es cuando sus ojos se posan en América Latina, “Conversando con un extremo reaccionario en contra de Pinochet sobre la desaparición forzada de Salvador Allende y comienza el desplazamiento de Chilenos hacia Inglaterra entonces comienzo a trabajar en la Campaña de solidaridad con Chile específicamente en la Comisión Chilena para refugiados en Inglaterra y el papel de nosotros era que los presos políticos en Chile salieran en exilio porque existía un decreto ley en Chile de que si una persona estaba en la cárcel pero podía conseguir una visa para salir al exterior podían aplicar a este decreto Ley 504 para cambiar su presidio por exilio”.

CAFOD, toda una vida

Cuando comenzó en CAFOD, ya radicada en Chille, corría el año 1978, plena época dictatorial. Vale destacar que esta organización tuvo inicios en 1961 cuando la Junta Nacional de Mujeres Católicas del Reino Unido organizó un Día de Ayuno Familiar en respuesta a una solicitud de ayuda al pueblo de la isla caribeña de Dominica para un programa de salud materno-infantil.

CAFOD vive de los aportes de la gente de las parroquias de las escuelas católicas, “De gente que se ingenian para recaudar fondos, tenemos incluso abuelitos que organizan hasta lanzarse de paracaídas para encontrar fondos. Representamos a la comunidad católica británica, no queremos ser representantes del gobierno británico, porque si no tendríamos que hacer los que ellos nos pidan”, fue muy enfática en eso.

“Mientras trabajaba en el comité chileno por los DDHH, alquilamos un local inmenso que por cierto pertenecía a la “Corona” inglesa, en ese mismo lugar compartíamos espacio con diversas organizaciones humanitarias entre las que están Movimiento de apoyo a Argentina, Comisión de DDHH de Paraguay, Comité de solidaridad con Uruguay, Comité de la problemática de Sudáfrica, el Archivo de Latinoamérica, nosotros estábamos en el ático, esto era un hormiguero de pequeñas organizaciones de la solidaridad”, acota.

El fenómeno de la desaparición forzada estaba en pleno apogeo y “Empezamos una gran campaña por los desaparecidos y entre ellos teníamos a una Anglo-chilena”.

¿Cómo llega a CAFOD?

“En CAFOD a partir de 1978. Ahí una de las personas que trabajaba con el instituto católico pide hablar conmigo, me dio susto, pensé, ¿qué he hecho? Él me pregunta que si nunca había pensado en dejar mi trabajo… Esperé en ese instante la espada de Damocles. ¿Eres católica, cierto? ¿Conoces CAFOD?, me pregunta. Claro, por supuesto, dije yo, cuando era pequeña en el colegio hacíamos colectas para recaudar fondos para ellos y sus causas. Fíjate, ellos están buscando a alguien para trabajar y tú cumples con el perfil, me han pedido que busque una persona para trabajar allí, por eso te pautaré una cita con el Director. Casualmente en ese entonces el director se llamaba Robin Hood”.

Con el entonces Cardenal Raúl Silva Rodríguez, Arzobispo de Santiago de Chile, salesiano, quien a su criterio era un hombre impresionante, comprometido con los DDHH, había dicho a la Ministra de cooperación que Inglaterra hiciera algo en favor de los chilenos dentro del país y no solamente apoyar a quienes salían.

Pero CAFOD no solamente estaba en Chile sino en varias partes del mundo entre América Latina y África, es por ello, que ella podía estar de gira en varios países en pos de su gestión.

En el momento cuando entró a CAFOD, fue en el mismo mes cuando Monseñor Romero fue nombrado Arzobispo de San Salvador. De hecho, el Instituto Católico de Relaciones Internacionales tenía que ver con América Latina y ese hombre que “Me postula para trabajar con CAFOD, Julian Filochowski, que tenía relaciones en Chile, pero también en Centroamérica, era amigo de Monseñor Romero, fue la persona que tuvo la loca idea (para muchos de sus detractores) de pedir a 170 parlamentarios británicos que nominaran a un desconocido arzobispo de El Salvador para el Premio Nobel de la paz, eso dio a conocer su figura en Gran Bretaña. Este fue un esfuerzo de darle fama a Monseñor Romero para proteger su vida”.

La situación en Centroamérica era muy preocupante. “Te digo que en ese entonces las Cáritas no son como hoy. Recuerdo que la oficina de Nicaragua con la llegada del sandinismo al poder se mudó a Miami por temor a los comunistas. Mientras que la de El Salvador se opuso rotundamente a Monseñor Romero”.

Era una situación muy delicada, debía sortear los diversos problemas que se presentaban en cada país, por ejemplo, una compatriota suya por ayudar a alguien que el régimen consideraba enemigo, fue presa y torturada. Es muy enfática al decir que el gobierno británico de entonces era el laborista, lo que llevó durante estos eventos a cortar relaciones con el gobierno dictatorial de Augusto Pinochet.

En ese momento, año 1978, el Comité Pro Paz que posteriormente se convierte en la Vicaría de la Solidaridad, aprobó un programa de 3 años de apoyo a la Iglesia en Chile y “mi trabajo principal fue para trabajar en la administración de este programa”.

A partir del año 92 cuando comienzan a crecer las estructuras de CAFOD asume la dirección, son ya 25 años al frente.

¿Cómo ve a América Latina?

“Sigo pensando que es el continente de la esperanza, pero hay que saber diferenciar entre esperanza y optimismo. Un gran amigo sacerdote, Ignacio Ellacuria, uno de los mártires en la UCA, quien fuera el Rector, me dijo una vez, claro yo soy cristiano, siempre voy a tener esperanza, pero hay que saber la diferencia entre esperanza y optimismo. Poco tiempo después lo asesinaron”.

En ese peregrinar a lo largo de su gestión como Directora conoció a Lula da Silva, ex presidente de Brasil, cuando fue representante sindical de San Bernardo del Campo, en Sao Paulo, “Cené con él, de hecho, la pastoral del trabajo brasileña fue una de las grandes propulsoras del PT, el partido de los trabajadores brasileño”.

Además de ser amiga de 5 de los 6 jesuitas asesinados en la UCA. No conforme con esto, en 1991 tuvo un año sabático, “Estuve en Guatemala en plena selva, acompañando a las comunidades indígenas, pasé 3 meses, fue una excelente forma de perder peso”, bromea.

¿Cómo se describe usted?

“Tengo un marido con bastante afición a las artes. Somos suficientemente cercanos para entendernos y suficientemente diferentes para no aburrirnos. Nos conocimos desde la universidad. Al principio no era de lo que yo quería, me quedó mucho de lo que me decía mi madre, que primero estudiara. Él se llama Anthony Dykes, un inglés de Liverpool”.

Dentro de CAFOD ha trabajado mucho con la figura de Romero, pero con la salida de Julián Filochowski de la dirección global de CAFOD, luego de 20 años de servicio, decide crear Fundación Monseñor Romero, que busca apoyar la canonización de este mártir y la causa de su santificación. “De hecho en mis horas libres dedico tiempo a ser Secretaria de la Fundación Monseñor Romero”, señala.

¿Su mayor desafío?

“El tiempo en que la cooperación de ahora es diferente a la de antes, tal vez contando una anécdota, de cómo mantener la mística. En 2001, CAFOD fue la líder para abordar el tema de VIH SIDA a través de CÁRITAS, sobre todo, para desmontar los estereotipos de esta enfermedad y no verlo como un castigo de Dios. Trabajar en la concienciación sobre este tema desde lo científico y pastoral, y luchar contra la estigmatización de esta enfermedad, porque los que portaban este virus equivalían a los leprosos de la época de Jesús.”

Paredón de Fusilamiento

Un color

Morado

¿Qué le indigna?

La inclemencia

¿Qué le inspira?

Las personas comprometidas

Un libro

Piezas para un retrato, de María López Vigil

Plato de comida

Todo, menos queso de cabra

Una prenda de vestir

Una blusa que tengo con más de 25 años

Un día de la semana

Viernes

Un aroma

Madreselva

Un momento especial

Hay varios, pero un momento fue en 2010 en torno al 30 aniversario de Romero, el momento cuando el presidente Funes pide perdón públicamente

Un personaje

Padre César Jerez

Un santo

Santa Clara

Un aparato tecnológico

No soy fanática de eso

¿Qué no falta en su equipaje?

Pastillas de Pepto Bismol

Una virtud

No tomarse las cosas demasiado a pecho

Un defecto

Falta de paciencia

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