Es necesario luchar con todos los medios “contra la infamia del tráfico de los seres humanos y la cultura difundida hedonista y mercantil, que animan la explotación sistemática de la dignidad y de los derechos humanos”. Es el llamamiento, renovado en nombre del Papa, del jefe de la misión de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York, monseñor Bernardito Auza, que ha promovido una conferencia en el Palacio de Cristal pidiendo medidas concretas para eliminar la trata de niños y jóvenes.
Así, el arzobispo denunció una vez más “este cáncer social”. Tal y como recuerda una noticia de Radio Vaticano, monseñor Auza señaló que es una batalla que la Iglesia a través de las palabras del Papa, del compromiso de las instituciones católicas y de las iniciativas de los fieles, lleva adelante incesantemente desde los años del Concilio Vaticano II, para contrarrestar “la trata de las personas, el trabajo forzado y todas las formas de esclavitud moderna”.
Entre las iniciativas concretas surgidas por voluntad del Francisco está el “Grupo Santa Marta” que une a obispos y responsables de la policía de todo el mundo para cancelar esta infamia, que afecta a unos 2 millones de menores.
Esta conferencia organizada en la ONU –explicó monseñor Auza– tiene el fin de valorar “qué se está haciendo y qué está faltando, y qué se debe hacer para liberar a estos niños y jóvenes así como para prevenir que otros sufran como ellos”.
Finalmente el observador permanente indicó que trabajando juntos con perseverancia “podemos eliminar el tráfico de los niños y jóvenes” y alcanzar el objetivo fijado en la Agenda ONU del Milenio 2030, que obliga a la comunidad internacional antes de esa fecha a “poner fin al abuso, a la explotación y al tráfico y a todas las formas de violencia y tortura contra los niños”.