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Ricardo Estigarribia Velázquez*

Reforma educativa para un desarrollo sostenible


La agricultura intensiva, en todo el Mundo, ha dejado las primaveras más silenciosas.

Robert May

La Tierra no pertenece al Hombre; el Hombre pertenece a la Tierra. Todas las cosas están ligadas como la sangre que unifica a una familia. Todas las cosas están empalmadas. Lo que le pase a la Tierra recaerá sobre los hijos de la Tierra. El Hombre no tejió la trama de la vida: es apenas una hebra de ella. Todo lo que le haga al tejido, se lo hará a sí mismo. Noah Sealth (Líder del pueblo indígena Suquamish, 1854).

Desarrollo ambientalmente sostenible

Recordemos que el concepto de Desarrollo Sostenible constituye una pieza fundamental en la definición de políticas y estrategias gubernamentales. La ONU (Comisión Brundlandt) lo define como aquél desarrollo que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones.

La quema irresponsable de biomasa (restos de materia orgánica producida por los seres vivos) y el uso indiscriminado de combustible fósil como el petróleo y sus derivados constituyen agentes principales para el Efecto Invernadero o Calentamiento Global a causa de la emisión de Gases Contaminantes: el CO2.

Por otra parte, una definición más amplia e integral de Desarrollo Sostenible es la siguiente:

Se entiende como DESARROLLO SOSTENIBLE a todo desarrollo socialmente justo, económicamente incluyente y ambientalmente responsable. Si así no lo fuera no es sustentable. Además, tampoco es desarrollo. Es apenas una actividad explotadora, irresponsable, avarienta y gananciosa, que representa los intereses de una minoria poderosa, rica y politicamente influyente. [Henrique Cortez, 2005]

Desarrollo insostenible y principios éticos

Sin lugar a dudas, el acelerado crecimiento de las nuevas tecnologias de la información y la comunicación, la automatización, aplicadas al proceso de desarrollo de las fuerzas productivas a escala global, han traído beneficios y confort, principalmente para una pequeña parcela privilegiada de la población mundial. Sin embargo, los problemas generados por ese desarrollo desaforado, no sustentable, ha creado serios inconvenientes para la gran mayoría de la población mundial. Son evidentes en sí mismos, e innegables en este siglo XXI, los desequilibrios: económico, social y medioambiental. El hombre moderno no puede disfrutar plenamente de los beneficios que nos ofrece la tecnología y la alta producción debido a una serie de problemas de contaminación que acarrean, como la atmósfera enrarecida por las emisiones gaseosas de la combustión de combustibles fósiles, altos índices de accidentes de tránsito, alimentos contaminados con agrotóxicos, posibilidad siempre latente de una guerra nuclear; marginalidad social creciente y su secuela, la violencia.

Y todo estos síntomas de degradación nos revelan que se requiere urgentemente del desarrollo de un estilo más evolucionado, utilizando acertadamente las tecnologías de punta de manera segura, bajando los patrones de consumo y con ello los índices de contaminación.

El desarrollo insostenible carece de principios éticos

Según Ricardo Braun , una ciudad europea gasta aproximadamente 40 veces más recursos (energía, agua, materiales e insumos diversos) que el patrón de consumo medieval:

Si extrapolamos esos datos a nivel global, vamos a verificar, según Robert Goodland, un ecologista del Banco Mundial, que los residentes de los países ricos requieren alrededor de seis hectáreas por habitante para soportar sus niveles de consumo. Así concluimos que serían necesarios aproximadamente 36.000 millones de hectáreas para que toda la población de la Tierra, estimada en 6.000 mil millones de habitantes, tuviesen el mismo patrón de consumo. Pero esta ecuación no tiene solución porque: ¡la Tierra solamente tiene 13.000 millones de hectáreas! O sea, faltan dos planetas Tierra más para satisfacer esta proporción.

El desequilibrio está vinculado directamente a alguna falla ideológico-filosófica del ser humano en su proceso de hominización. La economía mundial está basada en los desvalores más bajos del hombre: competencia, dominación imperialista, miedo, arrogancia, prepotencia, amenaza de guerra, ganancia por la misma ganancia sin justicia social; degradaciones culturales-sociales-ecológicas, potenciados todos, en su máximo nivel, por los medios masivos de comunicación.

Se promocionan mucho más los sucesos negativos que los positivos por ser la psicología predominante de la sociedad de consumo; y debemos buscar soluciones creativas, positivas, cuanto antes mejor, y sobre todo ... ¡difundirlas!.

Ecología profunda y la cultura del despotismo

El antropocentrismo de la cultura occidental, principalmente de la Era Moderna, ha desarrollado el paradigma de la dominación imperialista. Entiéndase bien: el dominio de la cultura occidental sobre todas las otras culturas humanas, sean antiguas y no occidentales.

La antropología occidental autoritaria significa: el dominio despótico de los seres humanos sobre la Naturaleza; de los caracteres masculinos (el Yang) sobre el femenino (el Ying); de los ricos y poderosos sobre los pobres; de los países del norte sobre los del sur. En pocas palabras, es la ideología del desequilibrio, significando la Cultura de la Muerte, como bien lo expresó el Papa Benedicto XVI en la encíclica “Caritas in veritate".

En nuestro tiempo es necesario dar un no a la dominante Cultura de la Muerte. Esta anticultura se muestra por ejemplo, en la huida en la droga, en la huida de lo real, en lo ilusorio, en la falsa felicidad que se muestra en la mentira, en el engaño, en la injusticia, en el desprecio del otro, en la insolidaridad,en la la huida de la responsabilidad hacia los pobres y los que sufren. Esta anticultura se muestra en una sexualidad que se convierte en pura diversión sin responsabilidad, que se convierte en una cosificación del Hombre, que ya no es persona, sino mercancía, pura cosa.

Si quieres promover la paz, protege la creación. Los problemas ecológicos tienen sustancialmente un carácter antropológico, siendo generados por el hombre y no por la Naturaleza.

La base antropogénica de los problemas ecológicos demuestra que tendemos a cambiar el mundo que nos circunda en conformidad con nuestro mundo interior, y precisamente por esto la transformación de la Naturaleza debe partir de una transformación del alma.

La sociedad tecnológica individualista, no solamente aliena y segrega a los seres humanos del resto del Universo, sino que los aliena individualmente. Esta alienación mental-espiritual se convierte en regla básica del comportamiento colectivo, y por lo tanto se convierte en una gran y peligrosa ilusión que hace transitar a la especie humana por los caminos de una angustia existencial irredimible y por el desastre ambiental mundial, que lo amenaza como especie.

Comité intergubernamental sobre el cambio climático - IPCC

Desde el 2 de febrero del 2007, el Comité Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) manifestó ya no existe más ninguna duda científica, de que son las actividades humanas, las que están elevando la temperatura en el planeta. El ex-presidente de Francia, Jacques Chirac, anfitrión de la conferencia de científicos de la ONU, con desesperación señaló que llegó la hora de iniciar, sin más tardanza, una triple revolución para salvar el planeta:

Se acerca el día en que el desajuste climático escapará a todo control: estamos en el umbral de lo irreversible. Frente a la urgencia, ya ha pasado la hora de las medias tintas: ha llegado la hora de la revolución en el verdadero sentido del término:

• la revolución de las conciencias;

• la revolución de la economía;

• la revolución de la acción política.

El objetivo de la conferencia del IPCC es convencer a los diversos países de defender el medio ambiente y los ecosistemas, pero desde hace varios años choca con la hostilidad, por diversas razones, de: EE.UU. Rusia, China, India y otros países gigantescos de economías “emergentes”. Recordemos que el Ser Humano forma parte intrínseca de los ecosistemas, y con su destrucción a mansalva no va a poder sobrevivir como especie.

Una respuesta a esta grave problemática es la Ecología Profunda. Ella considera a los individuos como parte orgánica de un TODO universal, con una visión existencial que va más allá de lo meramente materialista, que abarca las vibraciones espirituales revelando otras fenómenos físicos así como los fenómenos cuánticos, responsable de materializar nuestra percepción limitada.

REFORMA EDUCATIVA Y EDUCACIÓN ECOCÉNTRICA

Debemos urgentemente “reformatear” nuestra saturada inteligencia e iniciar con los niños y jóvenes un proceso de desideologización de su exacerbado materialismo consumista. Y ello solo es posible por medio de una Revolución Educativa Planetaria, que implica también una revolucionaria revisión de nuestras ciencias y tecnologías. Tímidamente se ha iniciado en Europa con un “tratamiento homeopático social-medioambiental-personal”. Van surgiendo a escala mundial: movimientos ecologistas, grupos sociales concienciados para la limpieza urbana y reciclado selectivo de basuras, leyes ambientales como el eurocódigo ISO 14001, etc.

FINALMENTE

Ante el avasallante "progreso" invasor de la cultura y del territorio que va reemplazando a la fauna y la flora por selvas de cemento, asfalto y vehículos, un aborigen africano exclama:

Los seres humanos hemos corrido tan rápido que hemos sobrepasado nuestra propia alma. No hemos parado hasta ahora para que ella pueda alcanzarnos. ¡Después podría ser demasiado tarde!

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